viernes, 19 de octubre de 2007

EL INDIO TONTO (por Doc Holliday)

Aparte de tí, amado lector, también dícese de un indio (americano nativo, se dice ahora) que protagonizaba cómics allá por el Oeste.

Unir lo del nativo-americano y lo del tonto, me lleva a recordar algo divertido sobre la absurdidad de los eufemismos políticamente correctos (por ejemplo, "negro" y "moreno" son, respectivamente, la manera correcta e incorrecta de hacer alusión a la raza de un subsahariano -otro eufemismo, por cierto-, mientras que en portugués al parecer es exactamente lo contrario)

Bueno, la anécdota a la que hacía referencia venía sobre la manera de autonombrase que usan los estadounidenses de origen inmigrante (es decir, todos los que no son WASP)

Es decir, un tipo como Kurt Vonnegut se autodefinía como germanoamericano, aunque todos sus abuelos hubieran nacido ya en EEUU.

Los peruanos y mexicanos son hispano americanos (Hispanic American), pero los cubanos son más bien cubanoamericanos (Cuban-American), no se sabe muy bien si porque constituyen un grupo de presión, o más bien por su menor porcentaje medio de genes indígenas... y es que allí la raza es tabú pero se tiene muy presente.

Allí los negros, por ejemplo, se les llama afro-americanos (African-American), pero surge un problema, y es que hay una nueva oleada de gentes de color recién llegadas de África; y claro, es igual pero no es lo mismo que un African-American de pura cuyos ancestros llevan 250 años en el país, aunque llegaran más bien en contra de su voluntad, todo sea dicho. Hay que ver como han avanzado los esclavistas que ahora no les hace falta ir a cazar víctimas a los poblados de tribus con culturas neolíticas y razas camitas, ahora vienen ellos solitos de sus países de origen a ponerse la cadena al cuello: ¡Viva el progreso!

Bueno, a lo que iba, que me voy por las ramas: los africanos recién llegados no se consideran igual que los descendientes de los esclavos liberados, por tanto, y ahí va la anécdota, una vez iba yo subido a un taxi por Boston conducido por un señor de color negro intenso con nombre en su placa imposible de reproducir para un alfabeto latino, y mi compañero de viaje le pregunto, curioso, su origen: "I'm burundian-american, sir", respondió amable el sujeto, no sin un algo de orgullo.

¡Y es que hasta San Pablo se enorgullecía de ser ciudadano romano!







P.D: en quince días vuelvo por allí, ya os contaré más cosillas de lo que ocurre en el Imperio.

P.D2: para ser estrictos, no me acuerdo con exactitud que país africano fue el que nombró el taxista... pero era uno muy pequeñito.

3 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Todo lo que cuentas es muy interesante, esos racismos encubiertos, políticamente correctos.

En Argentina se llama "negro" al que tenga la piel un poco oscura por su ascendencia indígena, pero se ha generalizado para referirse a los individuos de poca cultura, brutos o de baja condición social; pueden tener uno o todos estos atributos, con uno basta.

Es despectivo y a menudo se escucha como "negro cabeza". También como "cabecita" o "cabecita negra", pero éstos se reservan más bien a los indígenas que viven en poblados, en las tierras de sus ancestros (las tierras que les quedan).

Uno, trino y plural dijo...

Gran cronista. Este blog es un lujazo.

Anónimo dijo...

Muy interesante esto de Argentina, que yo desconocía.
En todas partes cuecen habas, se ve...

(Doc)

Caosmeando

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