miércoles, 30 de diciembre de 2009

Ha muerto Iván Zulueta

Un genio. Aquí su corto Leo es pardo

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Yann Tiersen

Como regalo de Navidad ahí va el que seguramente es el más popular de los músicos instrumentales de hoy:


Yann Tiersen




Página oficial


Biografía y otra información de la Wikipedia


Discografía


· La valse des monstres, 1995.

· Rue des cascades, 1996.

· Le phare, 1998.

· Tout est calme, 1999.

· Black session, 1999.

· L'absente, 2001.

· Le fabuleux destin d'Amelie Poulain (BSO), 2001.

· C'etait ici, 2002.

· Good bye, Lenin! (BSO), 2003.

· Yann Tiersen & Shannon Wright, 2004.

· Les retrouvailles, 2005.

· On tour, 2006.

· Tabarly, 2008.



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Su popularidad le viene sobre todo de la extraordinaria banda sonora que compuso para la película Amélie, cuyo tema central es La valse d'Amélie.




No creo que exista hoy alguien en todo el mundo (occidental) que no haya escuchado esta fabulosa melodía.

Además, es que es imposible imaginar la película de Jean-Pierre Jeunet sin su banda sonora. Es más: la banda sonora ha trascendido a la película y ésta no logra estar a su altura. Sí, es verdad que Audrey Tautou tiene un gran magnetismo y está encantadora, pero es como si la trama fuera explicada por la música. Yo estaba más atento a la melodía que a la historia que me contaban, y eso que la historia es cuanto menos insólita y soy de los que han disfrutado con la película, aunque me deje desencantado el resultado, como que me esperaba mucho más por la expectativa de, más que verla, escucharla. Pero volvamos a Yann Tiersen, que es el que importa aquí, y vayamos al primero de sus discos.


La valse des monstres no es tan fácil de localizar como los posteriores, pero ya contiene temas tan conocidos como el que da título al disco,




que también formaría parte de la banda sonora de Amélie. Pero claro, hay muchos otros temas, como este Mouvement Introductif




o este Mouvemente Introductif (violin),





que ya demuestra su faceta de multiinstrumentista: violín, acordeón, piano y más adelante guitarra. Éstos son los cuatro instrumentos (pero no los únicos) con los que se prodiga más. Una vez le preguntaron cuál prefiere tocar y sin dudarlo contestó "la guitarra".


Un año después Yann Tiersen publicó Rue des cascades, tan versátil como el anterior, quizás más experimentador (si eso puede decirse de un segundo disco cuando el primero ya ha abierto la vía) al atreverse con composiciones de corte más críptico y de un sonido cercano a Arvo Pärt (al que también le dedicaré una entrada) en, por ejemplo, La vie quotidienne




o a Wim Mertens en el tema que da título al disco y que supone su primer tema vocal, interpretado por Claire Pichet. Ésta es una increíble versión en directode los conciertos Black Session, la mejor de este tema.



Y también incluye temas muy propios, en esa estética iconfundible que recuerda a veces a la chanson française pero que no podría pasar más que por la suya. Otra gran tema de este disco es [url=http://www.youtube.com/watch?v=83GHZr1kv5Y]La muette[/url], al que algunos, por error, lo atribuyen a la banda sonora de Amélie. Pero claro, el principio vino mucho antes de que lo conociéramos.

El tercer disco de Yann Tiersen fue Le phare. La inclusión de la voz supone en este disco un sonido más cercano al rock y al pop más difundido, pero sin ceder a lo comercial. En Le phare destacan sobre todo dos temas: una canción interpretada por Dominique A que se cuenta entre lo mejor de su discografía, y de los pocos temas de Tiersen que cuenta con un videoclip. Se trata del inolvidable [url=http://www.youtube.com/watch?v=ISCcj9cPy-M&feature=related]Monochrome[/url]. El otro tema destacadísimo es [b]“L’homme aux bras ballants”[/b], una joya que usó el director Laurent Gorgiard para su corto del mismo título que, esta vez sí, es muy digno de la música. [url=http://www.youtube.com/watch?v=X4PJB6XhJ_E]Disfrutadlo[/url], vale mucho la pena.

Pasamos a los discos del año siguiente. En 1999 Yann Tiersen publicó dos discos. Tout est en calme contiene algunos de los temas más clásicos, de los que podremos escuchar si vamos a uno de sus conciertos. Black Session es, justamente, un disco grabado en directo que contiene muchas colaboraciones: Neil Hannon (el vocalista de The Divine Comedy, que ya escuchamos en el último disco de Rodrigo Leao) y cantantes franceses más o menos conocidos, como Christian Quermalet, François Breut, Bernard Lesoir, Bertrand Cantat o el habitual Dominique A. Ya que comparten muchas composiciones las que citaré es como si fueran de ambos discos. El Black Session se abre con uno de los temas más frenéticos de toda su discografía. Aquí, entre las diferentes versiones que hay, voy a permitirme citar la que tocó en el único de sus conciertos que hasta el momento he asistido. Fijaos cómo acaba el arco: [url=http://www.youtube.com/watch?v=i-0IX9t6y_c]Sur le fil[/url] (cómo no, también forma parte de la banda sonora de Amélie). Que conste que, aunque yo estaba entre el público, el vídeo no es mío. Ni tampoco éste de [url=http://www.youtube.com/watch?v=t6lLmGTPFiY&feature=related] Le bras de mar[/url], que expresa la versión extrañamente rockera de cómo toca en los últimos años. [url=http://www.youtube.com/watch?v=q_4MRlew-bI]La terrasse[/url] es otro ejemplo de la tendencia actual de Yann Tiersen. El vídeo corresponde a On tour, una película basada en sus conciertos estrenada en el año 2006.

¿Este estilo tan rockero es un intento de alejarse de la estética de Amélie? ¿Es el simple gusto de basar la melodía en el instrumento que le gusta más tocar? No sé, no me queda claro. Tal vez haya algo de verdad en cada suposición, o tal vez sea la simple evolución de un músico buscando su estilo. La cuestión es que con esto llegamos a la banda sonora de Amélie y al disco por el que lo descubrí, L’absente, que es la base del de Amélie. En una entrevista publicada en la revista argentina Los inrockuptibles, a Yann Tiersen se le preguntó: “¿Cómo ves, retrospectivamente, el éxito de la banda sonora
de Amélie?” Su respuesta fue:

Cuando estaba grabando L’Absente, Jean-Pierre Jeunet vino a verme al estudio con otras personas. Tuve que gritar para que se callaran, porque estábamos terminando de grabar un tema y todos hablaban… Nunca pensé que sus películas tendrían ese éxito… Jeunet quería que yo escribiera algunos temas para la banda de sonido y le respondí que no tenía tiempo. Al principio, lo dejé revolver entre mis canciones viejas, pero él quiso cambiarlas y me negué. Finalmente, escribí algunas cositas… La música tiene un lugar muy importante en la película. Amélie tiene un costado angelical que molesta un poco, pero tal vez esté ligado a su éxito demencial. Pero hoy en día, cuando alguien me dice que aprendió a tocar el piano con mis temas, sé que es por la música de esa película. Y eso no está nada mal.”


Es decir, le gustó el éxito de Amélie, no reniega ni de él ni de la música. ¿Y por qué debería hacerlo? Si es precisamente el disco que le valió en reconocimiento internacional. Y la música sigue siendo extraordinaria. Para mí sigue siendo un aconticimiento cada vez que escucho, pongamos, la animación de J’y suis jamais allé;



o la alegría de Le jours tristes;



o la suave melancolía de Comptine d’un autre eté



o el balanceo de A quai



que siempre preferí en su la versión incluida en L’absente, con un campanilleo inicial; o la vitalista La noyée;



y así podría repasar cada uno de los temas que componen esta inolvidable banda sonora.

Salto el álbum C’etait ici por ser otro disco en directo de temas conocidos en nuevas versiones y paso a la otra banda sonora de una de las películas europeas más recordada de los últimos años. Se trata, como bien sabéis, de Goodbye Lenin. El tema central es el que abre el disco: Summer ‘78.



Es el más redondo, el más elaborado de todos los que hallamos en esta banda sonora, pues los demás son piezas breves de apenas uno o dos minutos que parecen las distintas partes de un solo tema, segmentado en sus variaciones. No es que lo sean pero es la sensación que transmiten. Lo que sí es cierto es muchos de ellos son la variación del mismo tema, como ocurre con Coma


y Mother’s journey.



Se trata de una banda sonora presentada en una manera más clásica: unos pocos temas compuestos y el resto son recreaciones de los mismos. Este método resta esplendor al resultado final, pero no por eso las composiciones no son tan excelentes como el resto de su obra.

Yann Tiersen tiene en mente dar un vuelco a su estilo. Así, tras el avance que expone en Yann Tiersen & Shannon Wright (otro disco en directo a la manera de Black Session) publica en 2005 Les retrouvailles. Aquí aún queda algún ramalazo de Amélie en Loin des villes,


Les retrouvailles(en esta escena de la película "La Traversée")



o La jetée.



Esto es lo habitual, el sonido con el que identificamos a Tiersen. Pero, como hemos visto en algunas versiones en directo, ahora es más guitarrero y éste es el disco que explora más esta tendencia. Por eso se abre con Western



y contiene otros como La boulange,



así como las canciones interpretadas por Jane Birkin, Liz Fraser de Cocteau Twins, Stuart Staples de Sindersticks y de nuevo Dominique A. De entre todas ellas aquí tenéis Kala,



Plus d’hiver



y Le jour de l’ouverture.





Incluso hay una versión rockera del famoso Valse d’Amelie, incluida en el On tour, que no podría sonar más rara a nuestros oídos acostumbrados al acordeón.



Parece que queda tan lejanos los temas de Amélie si escuchamos éstos. Y sin embargo ya veis que no aún conviven las dos estéticas. Sin estridencias, sin rechinar.

El año pasado Yann Tiersen volvió a las bandas sonoras, en este caso de un documental. No parece que éste por la labor de implicarse en nuevos proyectos de este tipo, tan ajenos a los que tiene en mente. Pero en este caso le presentaron el tipo de documental y el hecho de no ser una mera biografía, sino un atento homenaje al marinero francés Tabarly le convencieron para que compusiese unos temas que en conjunto no llegan a los cuarenta minutos. Aún así, en esa simplicidad de piezas al piano, frente a la variedad y la exuberancia de las anteriores, no significa que no podamos hallar algunas melodías de gran calidad, como la de 8 mm



o Point zero



o 1976.





Recuerdan a los temas de la banda sonora de Goodbye Lenin, tanto en su instrumentación como en su sensibilidad y su duración. Habrá que ver por dónde sigue ahora, si por estas bandas sonoras o por el rock, por algo nuevo. En la Wikipedia hay una publicación de este año, Dust Lane. Se ve que estaba prevista para septiembre, pero Yann Tiersen se peleó con su discográfica, pero al final saldrá a la venta en primavera. A falta de los temas del nuevo disco copio al menos la entrevista que se publicó en el diario El país el pasado 19 de noviembre.

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sábado, 26 de diciembre de 2009

Akuerióóóóóóóós


Desde que nuestro caosmero-playlist decidió poner en la lista de reproducción el Aquarius de Raphael, llevaba en la cabeza sacar la letra fonéticamente hablando, para poder cantarla a la par

Buscando buscando por ahí, he encontrado que eso ya está inventao, ja ja ja ja ja ja así que bueno, nos aprovecharemos del trabajo de otros




Ahí van las 2 versiones que he encontrado. Espero que ustedes lo disfruten y lo canten bien

Y a tí, nuestro dj caosmero (entre otras muchas), decirte un GRACIAS enooooooooooooorme







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viernes, 25 de diciembre de 2009

Hans Finsler

Estudio de piernas. También conocida como Mujer leyendo
Hay que clicar sobre la imagen y ampliarla para verla completa.

http://www.letraslibres.com/index.php?art=10814


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jueves, 24 de diciembre de 2009

A ser felices !!!

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Cazuela moxi muy buena.

Una nueva receta de nuestro cocinero favorito, Ruperto de Nola.
Antes de transcribir aquí la receta, aclarar que moxi es una torta cuajada en cazuela hecha a base de miel, queso y berenjenas. Y vamos con la receta:

Tomar las berenjenas no muy grandes ni muy pequeñas sino medianas, y abrirlas por medio y echarlas a cocer con su sal, y cuando estén bien cocidas escurrirlas con un paño que sea basto, y después picarlas mucho y echarlas en una sartén o cazo, y échale buena cosa de aceite, y tomar pan y rallarlo, y tostado echárselo allí dentro y echarle queso añejo rallado, y cuando lleve un buen rato sobre la lumbre tener molido culantro seco, y alcaravea y pimienta y clavos y un poquito de jengibre, y traerlo sobre la lumbre, y échale allí unos huevos, y dejarlo en la lumbre hasta que esté duro, y después tomar una cazuela y echarle un poquito de aceite, y asentarlo en ella, y batir unos huevos con pimienta y azafrán y clavos y del mismo pan tostado que lleva dentro la cazuela, y de queso rallado, y hacerlo espeso, y asentarlo encima a manera de haz, y ponerle sus yemas y cuajarlo en el horno con una cuajadera (bandeja de horno).
Cuando esté cuajada quitarla de la lumbre y echarle una escudilla de miel que sea muy buena por encima y su pólvora de duque (azúcar y canela.
Esta misma cazuela se puede hacer de acelgas o de zanahorias.

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miércoles, 23 de diciembre de 2009

Nach-Nada ni nadie

Hay un estereotipo negativo que rodea a la figura del rap. Afortunadamente, temas como este, en mi opinión, ayudan a echarlo por tierra.
Una delicia.


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México bajo la lluvia

México bajo la lluvia es una serie de Vicente Rojo, pintor y escultor mexicano nacido en Barcelona e instalado en México desde 1949, adonde llegó reclamado por su padre, hermano del famoso jefe del ejército de la República.

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Heliogábalo o el anarquista coronado (2)

El año en que comienza esta historia, el año 960 y pico de la declinación del Latium, del desarrollo separado de ese pueblo de esclavos, comerciantes, piratas, incrustado como ladilla en la tierra de los etruscos; que desde el punto de vista espiritual no hizo otra cosa que chuparle la sangre a los demás; que nunca tuvo otra idea sino defender sus tesoros y cofres con preceptos morales, este año 960 y pico, que corresponde al año 179 del reino de Jesucristo, Julia Domna, la abuela, podía tener dieciocho años, y su hermana trece, y digamos de una vez que pronto estarían en edad de casarse. Pero Julia Domna se asemejaba a una piedra lunar, y Julia Mesa al azufre achicharrado al sol.

Yo no pondría mi mano en el fuego asegurando que ambas fueran vírgenes, eso habría que preguntárselo a sus hombres, es decir, por la Piedra Lunar, a Septimio Severo, y por el Azufre, a Julius Barbakus Mercurius.

Desde el punto de vista geográfico, siempre existía esa franja de barbarie alrededor de lo que se ha dado en llamar el Imperio Romano, y en el Imperio Romano hay que incluir a Grecia que, históricamente, inventó la idea de barbarie. Y desde ese punto de vista nosotros, gente de Occidente, somos los dignos hijos de esa madre estúpida, puesto que para nosotros los civilizados somos nosotros mismos, y todo el resto, que da la medida de nuestra universal ignorancia, se identifica con la barbarie.
No obstante, el hecho es que todas las ideas que impidieron la muerte inmediata de los mundos romano y griego, su caída en una ciega bestialidad, justamente vinieron de esta franja bárbara; y el Oriente, lejos de traer sus enfermedades y su malestar, permitió conservar el contacto con la Tradición. Los principios no se encuentran, no se inventan; se conservan, se comunican; y existen pocas operaciones en el mundo más difíciles que conservar la noción, a la vez diferente y fundada en el organismo, de un principio universal.
Todo esto sirve para señalar que desde el punto de vista metafísico, el Oriente siempre estuvo en un estado de tranquilizadora ebullición; que las cosas jamás se degradan por su causa; y que el día en que la cáscara de los principios se encoja allí irremediablemente, la cara del mundo también se encogerá, y todas las cosas estarán cerca de su ruina; y ese día ya no me parece lejano.

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martes, 22 de diciembre de 2009

Sinifuna Nakulanga

Petersen

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lunes, 21 de diciembre de 2009

Qué nos hace humanos

Han pasado meses desde la última encuesta. Se nos echó encima el calor del verano, luego el frío del invierno y finalmente la nieve de la Navidad. No podía ser más típico este cambio climático. Pero claro, somos humanos y podemos despistarnos, equivocarnos, olvidarnos y recordarnos al ritmo que nos permite nuestra humanidad. Es evidente que somos humanos. Lo que no parece tan evidente es qué nos hace humanos y eso es lo que hemos querido saber con la encuesta, cuyos resultados son los siguientes:

El tema ha sido tan controvertido que ha dado unos resultados muy parejos. Fueron dos las opciones más votadas, con el 30% del porcentaje final. La primera de ellas es "La forma y posición de los pulgares de las manos", que es la que alude al hombre primate. Realmente es una opción muy posible, aunque sólo sea porque es la parte del cuerpo que más nos miramos. Podemos fijarnos en la cabeza, la cara, los pies, la barriga de nosotros mismos, y de los demás, con éstos y algunos apéndices más o menos subversivos; pero las manos podemos disponerlas ante nuestros ojos sin gran esfuerzo y las miramos constantemente por cualquier objeto que manejamos. Y en la mano el pulgar es el rey, el que creó el verbo manejar y manipular, aunque luego haya degenerado su significado, como el de muchos humanos. Pero está claro que ese miembro de unos ocho centímetros nos identifica y nos dignifica, y nos permite la experiencia de hacer autostop.

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La segunda opción que obtuvo el 30% se trata de "Los sentimientos, la capacidad de reír, llorar, emocionarnos". Sí, también es una opción muy posible, pues sabemos distinguir nuestra risa de la risa de la hiena. Hay personas que se ríen como una hiena, pero eso es otro asunto. Cuando nos reímos sabemos por qué nos reímos, en cambio la hiena parece reírse de algo que no entendemos y como no lo entendemos no se está riendo, sólo parece que se ríe, como también parece que se ríen algunas personas y tampoco lo entendemos. En fin, seamos humanos, entendámonos. Hay que aclarar que cuando hablamos de la capacidad de reír, llorar, emocionarnos estamos hablando de la capacidad de reír, llorar, emocionarnos ante lo que sólo a nosotros nos produce ese sentimiento. Un perro no se alegra o se entristece de que los protagonistas de Titanic mueran al final de la película; una mosca se alegra ante un pastel de bodas por la comida que tendrá, no porque los anfitriones celebren su unión; una paloma celebra las excelencias de Cervantes usando su estatua como cagadero y aún no se ha dado el caso de un zorro que se conmueva ante un cuadro de Picasso. En cambio los seres humanos son al menos proclives para apreciar esas expresiones propias justamente de ellos.

A muy poca distancia se quedó la opción "La imaginación", con el 23%. Sin duda, sin la imaginación no podría pensar ni media palabra de este comentario, ni tendría un teclado donde escribir, ni existiría un medio como internet donde publicar. Es otra opción muy válida. Ha habido experimentos (no me obliguéis a decir cuáles) para que monos o programas informáticos escribieran libros. Y han sido un fracaso porque, aunque hubieran aprendido el código de escritura no sabían qué escribir. Eso sólo es posible con la imaginación, que está emparentada con la idea de innovación, de no hacer siempre lo mismo. No sé si también aquí podríamos hablar de los sueños, porque no es algo consciente, pero sin duda para soñar despierto hay que tener imaginación; y cuesta imaginar a una oveja imaginando. Aunque quién sabe si las ovejas sueñan con humanos o imaginan lo que nosotros ni imaginamos.

Seguramente alguien habrá advertido que, a pesar de formar parte de ellos, no simpatizamos mucho con los humanos. De ahí que sólo haya obtenido un 15% la opción "La razón, la inteligencia". Es posible que si esta encuesta se hubiera planteado a inicios del siglo XX muchos habrían destacado nuestra inteligencia. Pero ya pasó el tiempo positivista de los avances tecnológicos y científicos. Sí, está bien, los humanos siguen progresando en medicina, cibernética, transporte, aeronáutica, etc. pero es enorme el peso del Holocausto y de los numerosos genocidios y guerras que ha habido y que sigue habiendo. Y además hoy triunfan personajillos de constatada estupidez, de tal manera que parece que cuanto más tonto eres mejor te va. No vende ser inteligente o sensato sino tener un cuerpazo, una buena billetera y menos luces que el invierno de los esquimales. No vende porque nos mueve el mercado. No queremos que algo nos sea útil sino que nos entretenga. Por eso estamos medio animalizados o hemos tomado la parte estúpida de los animales. Aunque aún conservamos suficiente razón e inteligencia como para ser conscientes de esto.

Ser conscientes de esta animalización no significa que valoremos la autoconciencia, porque precisamente ésa es la última opción, "La autoconciencia", y no ha recibido ni un solo voto. A nosotros ya no nos vale sólo ser conscientes de ser humanos, sino que necesitamos pensar, imaginar, sentir. Ya sabemos por qué tenemos nuestros pulgares tienen esa forma y esa posición. Ahora queremos darle un uso o un abuso, qué más da, pero el "pienso, luego existo" nos queda muy lejos. En el hecho de preguntarnos qué nos hace humanos ya está implícita la autoconciencia. Lo que necesitamos es saber qué nos hace humanos, ahondar en nuestra identidad, la llamemos yo, sujeto o lo que nos dé la gana. A fin de cuentas si nos equivocamos aún será mejor: errar es humano.

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Mendelssohn, Vorkapich y Hoffman

Moods of the sea

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domingo, 20 de diciembre de 2009

Tranceblues. Más de Strummer en Granada por Jesús Arias

“Fue en el 40º cumpleaños de Joe, en agosto de 1992. Apareció por Granada con Gaby, las niñas, y otra pareja de amigos para celebrar su cumpleaños. Creo recordar que, gracias a un anuncio de Levis Strauss, “Should I stay or should I go?” había vuelto a las listas de éxitos en Estados Unidos y estaba teniendo bastante repercusión. Joe estaba muy sensible por eso que ahora ya yo sé, lo de la crisis de los cuarenta, cuando te planteas si realmente has hecho algo decente en la vida o no.
El caso es que apareció como siempre, con su castellano anárquico, una camisa hawaiiana, Gaby, las niñas, y toda su ingenuidad de inglés en España. Me llamó desde el hotel Los Ángeles, en donde se hospedaban, y me invitó a comer con ellos. Hacía bastante tiempo que no nos veíamos, pero nos habíamos llamado mucho por teléfono a lo largo de los años y, una y mil veces, me había invitado a ir a su casa de Londres. Yo siempre decía que sí, que iría. Pero nunca lo hice.
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De hecho, aún no conozco Londres… He estado en Berlín, en Lisboa, pero jamás en Londres. Imperdonable. Y el primero en decírmelo es Richard Dudanski (batería de 101′ers, primer grupo de Strummer). Y tiene más razón que un santo.

Cuando aparecí en el hotel, Joe me saludó como si fuera un hermano suyo. Me presentó a sus amigos todo lleno de orgullo: “My teacher of Spanish!”, les dijo. “My man!”. Joe me contó que le había hablado muy bien de mí a todo el mundo en Londres. “Si necesitas un profesor de español”, me contó que solía decir en Londres, “llama a este tío”. Me habló de que acababa de recibir una llamada de Estados Unidos diciéndole lo bien que iba “Should I stay or should I go?” allí y que pensaba que debería regrabar esa canción de nuevo con la traducción que habíamos hecho entre los dos años atrás (-siento que mis recuerdos vayan a saltos, pero prefiero contarlos así, a bote pronto, antes que tratar de ordenarlos cronológicamente, porque, para mí, no serían tan vívidos ni tan espontáneos, sino mucho más elaborados, y perdería la fluidez… ya contaré en otro momento lo de la traducción al castellano de la canción-).

Joe parecía bastante eufórico, pero su mujer, Gaby, me contó, en un momento en el que él estaba llamando a unos y a otros por teléfono para decir que estaba en Granada, que Joe no se encontraba bien. Estaba bastante deprimido por eso de cumplir 40 años y estaba atravesando una fuerte crisis, lo que después mucha gente llamaría “The wild years” de Joe. Se encontraba musicalmente perdido, las bandas que intentaba montar no terminaban de salirle bien, la sombra de The Clash le pesaba como una losa… En definitiva, según Gaby, la vuelta a Granada era como volver a respirar aire fresco, regresar a los tiempos en los que él realmente había disfrutado. Quería celebrar su cumpleaños entre “su” gente, sus amigos, entre los colegas que lo conocían como “Joe” solamente: los camareros de los bares que ignoraban que él fue parte de una banda famosísima y que sólo tenían en cuenta que le encantaba el ‘pálido-cola’, los flamencos del Sacromonte, los rockeros de La Cúpula… Gaby me pidió, más o menos, que actuara de ‘hermano mayor’ de Joe, que lo animara.

Habíamos decidido ir a comer al Campo del Príncipe, una plaza bastante bonita de Granada que Joe recordaba con mucho cariño por sus bares, sus camareros, el vino, el ambiente festivo que siempre había -y hay- por allí. Nos fuimos dando un paseo.

En el Campo del Príncipe nos esperaban Fernando Romero, hermano de Esperanza y Paloma Romero (Paloma=Palmolive, The Slits, la antigua novia de Joe en los tiempos de los 101′ers) y Gabi Contreras (“el médico loco”, como lo llamaba Joe, radiólogo eminente y uno de los más íntimos amigos de Sid Vicious), los dos con sus familias. De manera que nos juntamos en una terraza un considerable equipo de gente (familias con niños) a beber cerveza.

Joe se sentó a mi lado para charlar conmigo. Ya habíamos hablado de eso bastantes veces por teléfono, pero volvió a sacarme el tema. Él estaba muy enfadado porque, el año anterior, durante la Guerra del Golfo, Estados Unidos había utilizado “Rock the Casbah” como “himno” entre los soldados americanos en una emisora de radio de una base norteamericana antes de ir a Iraq a lanzar las bombas. El quería hacer una canción contra eso, contra el Ejército de los Estados Unidos. Tenía un título para una canción, “Tranceblues” y una historia divertida: El Ejército USA es enviado a invadir Granada, en donde ha habido un golpe de Estado (la isla de Granada) pero, por equivocación, invade la ciudad de Granada. La canción iba en torno a eso: era un cúmulo de despropósitos.

Creo que ya hablé sobre eso en otro topic. Joe escribiría la letra y yo hacía la música. Hablamos sobre ello durante bastante rato y muchas cervezas (yo le dije que ya tenía la música) y, tras un silencio, Joe cambió de tema y me espetó: “Man, I’m pretty fucked” o algo así (“Estoy bien jodido”).

Le pregunté por qué.

Tal y como me había dicho Gaby, Joe me contó que su vida era una mierda, que tenía 40 años, que no había hecho nada importante, que era un desastre, que se sentía un fracasado, que Mick Jones, al menos, había creado Big Audio Dynamite y era feliz y famoso, mientras que él se sentía completamente al margen.

Yo traté de disuadirle. “Tío”, le espeté en inglés, “tú has escrito canciones como ésta, ésta y ésta. Yo a tí te admiraba cuando yo tenía 16 años. ¿Recuerdas lo que me decías tú de los Rolling Stones? ¡Pues tú fuiste mis Rolling Stones! Yo tocaba en mi guitarra, en mi habitación, ‘1977′ y escribí una canción llamada ‘1984′ porque en ‘1977′ tu cuenta atrás se terminaba en 1984″.

Y le hablé de lo amigo que era para mí, muy al margen de The Clash, muy al margen del Joe Strummer famoso. Le dije lo mucho que lo quería como amigo…”

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Kissyfur

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sábado, 19 de diciembre de 2009

UN LARGO CAMINO EMPIEZA POR UN SOLO PASO

No, no es una encuesta, ni nada parecido, es una reflexión que lanzo al aire y que cada uno opine o no, reflexione o no...

Qué buscamos en un foro? al entrar en un foro? al registrarnos en un foro? cubrir la soledad? los ratos muertos? llenar carencias que tenemos como humanos? hacer roles nuevos? interpretar otros? aparentar? desfogarse con el anonimato que da un nick?

Creo que es una mezcla de todo ésto y de todo lo que no se me ocurre ahora, pero los factores fuertes, si buscamos bajo nuestras excusas, porque todo esto lo son, es buscar un "reconocimiento" un sentirse mejor

¿Por qué buscar fuera y de parte de otros lo que tenemos y nosotros, SÓLO nosotros, podemos darnos?

¿Por qué éste post? porque hay otra forma de vida, una más sana, más limpia y transparente. No todos la ven y fácil no es, pero un largo camino comienza con un primer paso

Lo que realmente importa, es lo importante
Un saludo!!!

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La historia del ojo (14)

Advertimos, sin embargo, que Marcela no comprendía absolutamente nada de lo que le pasaba y que era incapaz de diferenciar una situación de otra; sonreía imaginando la sorpresa del director del "castillo encantado" cuando la viera pasearse por el jardín con su marido. Apenas se daba cuenta de la existencia de Simona, a la que a veces tomaba riendo por un lobo, a causa de sus negros cabellos, de su mutismo y también porque de repente encontró la cabeza de mi amiga colocada dócilmente contra su muslo, como la de un perro que acabara de reclinar el hocico sobre la pierna de su amo.
Cuando le hablaba del "castillo encantado", comprendía bien, sin pedirme explicaciones, que se trataba de la casa donde por maldad la habían encerrado y, cada vez que pensaba en ella, el terror la apartaba de mí como si hubiera visto pasar algo entre los árboles. Yo la miraba con inquietud y como ya entonces tenía el rostro duro y sombrío,le causé miedo; casi de inmediato me pidió que la protegiese cuando regresase el Cardenal.

Estábamos tendidos a la luz de la luna, a las orillas de un bosque, deseando descansar un poco a mitad del viaje de regreso y, sobre todo, besar y mirar a Marcela.
- ¿Quién es el Cardenal?, le preguntó Simona.
- El que me encerró en el armario, dijo Marcela.
- ¿Pero por qué es un Cardenal?, grité.
De inmediato respondió: porque es el cura de la guillotina.
Recordé entonces el miedo terrible que le causé a Marcela cuando salió del armario y, en particular, dos cosas atroces: llevaba sobre la cabeza un gorro frigio de un rojo cegador; además, debido a los cortes que me hizo una joven a la que había violado, mi rostro, mis ropas y mis manos estaban completamente manchadas de sangre.

El Cardenal, cura de la guillotina, se confundía en el terror de Marcela, con el verdugo manchado de sangre y tocado con el bonete figio: una extraña coincidencia de piedad y repugnancia por los sacerdotes explicaba esta confusión que para mí permanece vinculada a mi dureza real y al horror que siempre me inspira la necesidad de mis acciones.

VIII LOS OJOS ABIERTOS DE LA MUERTA

Me quedé de pronto desamparado ante ese descubrimiento inesperado. Simona también. Marcela se adormecía a medias entre mis brazos; no sabíamos qué hacer. Tenía el vestido levantado y podíamos ver su pelambre gris entre los listones rojos, al final de sus largos muslos, a modo de extraordinaria alucinación en un mundo tan frágil que parecía que de un soplo podía convertirnos en luz. No nos atrevíamos a movernos y sólo deseábamos que esa inmovilidad irreal durase el mayor tiempo posible y que Marcela se durmiese completamente.

Me sentí recorrido por un deslumbramiento que me agotaba y no sé cómo hubiese terminado todo si, de pronto, Simona no se hubiese movido suavemente, su mirada turbia se detenía alternativamente sobre mis ojos o sobre la desnudez de Marcela: abrió los muslos diciendo en voz exhausta que no podía contenerse más.
Inundó su ropa con una gran convulsión que acabó de desnudarla e hizo brotar un chorro de semen en mi pantalón.

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viernes, 18 de diciembre de 2009

Filomena

Antonio Gasalla

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jueves, 17 de diciembre de 2009

Maldoror y Dalí. Otra.



Es bello como la retractilidad de las garras de las aves de rapiña; o también como la incertidumbre de los movimientos musculares en las llagas de las partes blandas de la región cervical posterior; o mejor aún, como esa ratonera perpetua, siempre preparada de nuevo por el animal cazado, que puede ella sola atrapar roedores indefinidamente e incluso funcionar escondida bajo la paja; y sobre todo, como el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y de un paraguas. Mervyn, ese hijo de la rubia Inglaterra, acaba de recibir una lección de esgrima en casa de su profesor, y, envuelto en su tartán escocés, regresa a casa de sus padres. Son las ocho y media y espera llegar a las nueve: es una gran presunción, por su parte, la aparente certeza de conocer el porvenir. ¿No puede entorpecer su camino algún obstáculo imprevisto? ¿Será tan poco frecuente esta circunstancia que debe considerarla como una excepción? ¿Por qué no considerar más bien, como un hecho anormal, la posibilidad de haber estado hasta ahora desprovisto de inquietud y, por así decirlo, feliz? ¿Con qué derecho pretende llegar indemne a su domicilio, cuando alguien lo acecha y lo sigue como a su futura víctima?

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miércoles, 16 de diciembre de 2009

Gyula Halász, Brassaï

Hay que clicar sobre la foto para verla completa

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Los cuervos

Para ver completo el cuadro hay que hacer clic sobre la imagen



Los cuervos pintados dos días antes de su muerte no le abrieron más que sus otras telas, la puerta de cierta gloria póstuma, pero abren a la pintura pintada, o más bien a la naturaleza no pintada, la puerta oculta de un más allá posible, de una permanente realidad posible, a través de la puerta abierta por Van Gogh hacia un enigmático y pavoroso más allá. No es frecuente que un hombre, con un balazo en el vientre del fusil que lo mató, ponga en una tela cuervos negros, y debajo una especie de llanura, posiblemente lívida, de cualquier modo vacía, en la que el color de borra de vino de la tierra se enfrenta locamente con el amarillo sucio del trigo. Pero ningún otro pintor, fuera de Van Gogh, hubiera sido capaz de descubrir, para pintar sus cuervos, ese negro de trufa, ese negro de "comilona fastuosa" y a la vez como excremencial, de las alas de los cuervos sorprendidos por los resplandores declinantes del crepúsculo. ¿Y de qué se queja la tierra aquí, bajo las alas de los faustos cuervos, faustos sólo, sin duda, para Van Gogh y, además, fastuoso augurio de un mal que ya no ha de concernirle? Pues hasta entonces nadie como él había convertido a la tierra en ese trapo sucio empapado en sangre y retorcido para escurrir vino. En el cuadro hay un cielo muy bajo, aplastado, violáceo como los márgenes del rayo. La insólita franja tenebrosa del vacío se eleva en relámpago. A pocos centímetros de lo alto y como proveniente de lo bajo de la tela Van Gogh soltó los cuervos cual si soltara los microbios negros de su bazo suicida, siguiendo el tajo negro de la línea donde el batir de su soberbio plumaje hace pesar sobre los preparativos de la tormenta terrestre la amenaza de una sofocación desde lo alto. Y, sin embargo, todo el cuadro es soberbio. Cuadro soberbio, suntuoso y sereno. Digno acompañamiento para la muerte de aquel que, en vida, hizo girar tantos soles ebrios sobre tantas parvas rebeldes al exilio y que, desesperado, con un balazo en el vientre, no pudo dejar de inundar con sangre y vino un paisaje, empapando la tierra con una última emulsión, radiante y tenebrosa a un tiempo, que sabe a vino agrio y a vinagre picado. Por eso el tono de la última tela pintada por Van Gogh, el más pintor de todos los pintores, es que, sin salirse de lo que se denomina y es pintura, sin apartarse del tubo, del pincel, del encuadre del motivo y de la tela sin recurrir a la anécdota, al relato, al drama, a la acción con imágenes, a la belleza intrínseca del tema y del objeto, llegó a infundir pasión a la naturaleza y a los objetos en tal medida que cualquier cuento fabuloso de Edgar Poe, de Herman Melville, de Nathaniel Hawthorne, de Gerard de Nerval, de Achim d'Arnim o de Hoffmann, no superan en nada, dentro del plano psicológico y dramático, a sus telas de dos centavos, sus telas, por otra parte, casi todas de moderadas dimensiones, como respondiendo a un propósito deliberado. (Antonin Artaud, Van Gogh, el suicidado por la sociedad)

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martes, 15 de diciembre de 2009

Armia. Cuento de invierno.

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lunes, 14 de diciembre de 2009

Heliogábalo o el anarquista coronado

De Caosmosis, ese inmenso blog imprescindible traigo aquí este texto de De Antonin Artaud

Dedicatoria

Dedico este libro a los manes de Apolonio de Tiana, contemporáneo de Cristo, y a todos los Iluminados verdaderos que pueden quedar en este mundo que se pierde;

Y para señalar bien su profunda inactualidad, su espiritualismo, su inutilidad, lo dedico a la anarquía y a la guerra en este mundo;

Finalmente lo dedico a los Antepasados, a los Héroes en el antiguo sentido y a los manes de los Grandes Muertos.

A. A.

1
LA CUNA DE ESPERMA

Si en torno del cadáver de Heliogábalo, muerto sin sepultura, y degollado por su policía en las letrinas de su palacio, hay una intensa circulación de sangre y excrementos, en torno de su cuna hay una intensa circulación de esperma. Heliogábalo nació en una época en que todo el mundo se acostaba con todo el mundo; y nunca se sabrá dónde ni por quién fue realmente fecundada su madre.
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La filiación de un príncipe sirio como él se establece por las madres; y en lo que a madres respecta, hay alrededor de ese hijo de cochero, recién nacido, toda una pléyade de Julias; y ejerzan o no en el trono, todas esas Julias son meretrices de alto vuelo.
El padre de todos, la fuente femenina de ese río de estupros e infamias, debe haber sido cochero antes de sacerdote, ya que de otro modo no se explicaría el encarnizamiento de Heliogábalo, una vez en el trono, en hacerse encular por los cocheros.
El caso es que la Historia, remontándose por el lado femenino a los orígenes de Heliogábalo, tropieza indefectiblemente con ese cráneo chocho y desnudo, con ese coche y esa barba que en nuestros recuerdos componen el rostro del viejo Basianus.
El hecho de que esta momia sea oficiante de un culto no condena a ese culto, sino a los ritos imbéciles y despreciables a que ese culto había quedado reducido por obra de los contemporáneos de las Julias y los Basianos, y por la Siria del naciente Heliogábalo.
Pero desde el momento en que Heliogábalo niño aparece sobre los peldaños del templo de Emesa, ese culto muerto, y reducido a osamentas de gestos, al que se entregaba Basianus, recupera por debajo de las creencias y los revestimientos, su energía de oro concentrado, de luz pulverizada y victoriosa, y vuelve a ser milagrosamente activo.
En todo caso este antepasado Basiano, apoyándose en una cama como sobre muletas, hace esas dos hijas, Julia Domna y Julia mesa, con una mujer ocasional. Las hace y bien. Son hermosas. Hermosas y preparadas para su doble oficio de emperatrices y rameras.
¿Con quién hace estas hijas? Hasta el momento actual la Historia no lo dice. Y nosotros admitiremos que esto no tiene importancia, obsesionados como estamos por las cuatro medallas con las cabezas de Julia Domna, Julia Mesa, Julia Semia y Julia Mamea. Ya que si Basianus hace dos hijas, Julia Domna y Julia Mesa, Julia Mesa a su vez hace otras dos: Julia Semia y Julia Mamea. Y Julia Mesa, cuyo marido es Sextus Varius Marcellus, pero sin duda fecundada por Caracalla o Geta (hijo de Julia Domna, su hermana) o por Gesius Marcianus, su cuñado, esposo de Julia Mamea, o quizá por Septimio Severo, su cuñado segundo, trae al mundo a Varius Avitus Basianus, más tarde apodado Elagabalus, o hijo de las alturas, falso Antonio, Sardanápalo, y por fin Heliogábalo, nombre que parece ser la feliz contracción gramatical de las más altas denominaciones del sol.
Desde aquí vemos a ese bonzo chocho, Basianus, en Emesa, a orillas del Orontes, con sus dos hijas, Julia Domna y Julia Mesa. Ya son dos estupendas mujeres esas dos hijas nacidas de una muleta con un sexo masculino en la punta. Aunque fabricadas con esperma tardía, y en el punto más alejado que alcanza su esperma los días en que el parricida eyacula –digo el parricida y ya se verá por qué-, ambas están bien conformadas y macizas; macizas, es decir llenas de sangre, piel, huesos y cierta materia lívida que pasa bajo las coloraciones de su piel. Una es grande y empolvada de plomo, con el signo de Saturno en la frente, Julia Domna, semejante a una estatua de la Injusticia, la abrumadora Injusticia del destino; la otra es pequeña, delgada, ardiente, explosiva y violenta, y amarilla como una enfermedad del hígado. La primera, Julia Domna, es un sexo con cabeza, y la segunda una cabeza que no carece de sexo. (continúa)

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domingo, 13 de diciembre de 2009

Ludovico Einaudi

El siguiente músico es muy afín a Rodrigo Leão, hasta el punto de que salieron juntos de gira. Se trata de:

Ludovico Einaudi







Página oficial

Biografía y otra información de la wikipedia

Discografía

• Time Out (1988)
• Le Onde (1996)
• Stanze (1997)
• Fuori dal mondo (1998)
• Eden Roc (1999)
• I giorni (2001)
• Dr. Zhivago (2002)
• La Scala Concert (2003)
• Una Mattina (2004)
• Diario Mali (con Ballake Sissoko; 2006)
• Divenire (2006)
• Nightbook (2009)
• Cloudland (con Ronald y Robert Lippok; 2009)


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Aunque yo lo habéis adivinado lo reconozco: yo era uno de los fieles seguidores de Diálogos 3, el programa que Ramón Trecet tuvo en Radio 3 hasta el año pasado. Durante los años en que lo escuché descubrí a muchos músicos, algunos fundamentales para mí. Entre ellos, mi último gran descubrimiento del programa fue Ludovico Einaudi.

Para mí fue algo así como el descubrimiento de América, porque ya tenía una amplia trayectoria. Para entonces ya tenía publicados muchos discos y fue como si empezara casi por el final, por sus últimos discos (hasta el momento) en lugar de por los primeros. Quizás haya influido esto para que mi disco favorito sea Una mattina, del que más que uno o dos temas debería citar todo el disco porque es así como los concibe Ludovico Einaudi, no como una serie de temas independientes sino como la lógica continuación de cada uno hasta completar todo un disco. Por eso comienzo por el primero, el que justamente da título al disco:



Perdón por los vídeos. En el Youtube abundan los montajes de fotos de todo tipo que no sólo no tienen nada que ver con el autor de la música sino que a veces desentonan de una manera terrible. Supongo que es lo que debo aceptar por hablar de músicos no tan populares. En cualquier caso lo que importa es la música, sea mediante un enlace del youtube, del goear o de otro servidor. Así que ahí va el segundo tema de Una mattina, Ora:



Una vez le dije a un amigo que la música de Einaudi es muy inteligente. Él se sorprendió mucho porque también toca el piano y nunca habría calificado una música de inteligente. Pero es lo que me parece cuando la escucho, y en Ora aún lo percibo con más claridad. El modo en que Einaudi desarrolla un tema demuestra su inteligencia musical por la cadencia, por el ritmo, por las pausas, por la intensidad. El tempo nunca es estridente, no hay una sola nota que desentone, nada está fuera de lugar. Es una melodía absolutamente calculada. Y lo mejor es que no es fría, al contrario: esta música es una de las más cálidas que haya podido escuchar, tan humana, tan conmovedora que no dejo de admirar su belleza. ¿Cómo elegir un tema y descartar los otros? Mejor dejo que lo hagan los que colgaron vídeos en el Youtube y pongo los que allí encuentro. Como este DNA, del mismo disco, claro:




Ludovico Einaudi mezcla la música popular y la música clásica y aún no le han puesto la etiqueta de turno. Él dice sentirse cómodo con la palabra minimalista, pues le recuerda a un músico como Miles Davis, que con pocas notas parecía que notaba diez mil y con ellas creaba un mundo. A mí me basta con escucharlo, aunque pueda distinguir un sonido cercano al minimalismo en, por ejemplo, Nuvole nere:




Pocas músicas logran emocionarme tanto como lo logra la de Einaudi. Muy pocas. En un mundo donde la sensibilidad se concibe a menudo como un defecto, donde se idolatra la ignorancia y la indolencia y la corrupción absoluta, donde todo bien es pasajero y todo mal sólo se va para volver, parece mentira que exista alguien capaz de imaginar algo como Nuvole bianche:




Podría seguir así hasta completar todo el disco de Una mattina. Pero vale la pena ver los otros. No podría perderme una maravilla como Chanson d’amour, incluida Diario Mali, en la que presenciamos el diálogo milagroso entre el piano de Ludovico Einaudi y la balalaika de Ballake Sissoko





Estoy hablando de los temas sin orden ni concierto. Ya he perdido el hilo de cómo fue cuando lo descubrí y qué vino después. Demasiado sentimiento. Pero, por tratarse de un blog que proviene de un foro de baloncesto, aquí tengo que añadir, tras Una mattina y Diario Mali, un tema de Divenire que se ha popularizado por ser una de las sintonías de los programas de NBA. Se trata del intenso Fly:




Y seguimos con más temas de Divenire, precisamente con el que da título al disco:



Sin duda, Ludovico Einaudi está en la plenitud de su carrera musical. Sus temas tienen una línea segura y él es consciente del efecto avasallador que nos causa cuando los escuchamos. El disco Divenire tiene un punto de magnificencia que en otro músico podría desentonar. En Einaudi, como no podría ser de otra manera, el desarrollo está tan cuidado que nos contagia su entusiasmo hasta la última nota, ya sea exaltado como en Divenire o contenido, como en Andare:




Las piezas de Divenire se caracterizan por su largo aliento. Muchas sobrepasan los seis e incluso los siete minutos y, por supuesto, nunca desfallecen en la solución fácil sino que desembocan en la lógica, que no es precisamente lo mismo. A menudo puedes prever la siguiente nota que seguirá no porque la adivinemos, sino porque nos inmersamos tanto en la música que nos obliga a leerla. Quién no oye la voz que en Oltremare nos está diciendo: “¿te acuerdas de Chopin?”



y así llegamos a conversar con la propia música de alguna manera como si hablásemos con nosotros mismos. Por eso esta música parece adecuada para la introspección y para la concentración. Música para estudiar, que dirían los discos recopilatorios.

Así seguiríamos con los demás temas hasta completar todo el disco. Pero volvamos atrás, a los anteriores discos. El primero (muy primerizo, parte de un espectáculo teatral) es Time Out, del que pocas noticias tengo. Al ser tan anterior a los demás discos es imposible reconocer su estilo. Vamos, que ni siquiera toca el piano, como para reconocerlo. Valga como ejemplo este vídeo del espectáculo para el que fue compuesto:



Nos remontamos a ocho años después y aquí sí, en Le onde está el inconfundible piano de Ludovico Einaudi. Este és el tema homónimo al disco:



La sosegada calma con que fluye no podría describir mejor lo que transmite. Y es justamente el tono en que se remansa todo el disco. Calma, sin la emoción que vendrán en discos posteriores, pero necesaria y sorprendente calma.

Viene después el que menos me gusta de sus discos, Le Stanze, en el que Einaudi experimenta con un sonido más electrónico, pero con timidez. En líneas generales la sensación es similar a la de Le onde, pero con un resultado más tímido también. Pongo como ejemplo este Calmo:




He escrito en la lista de los discos Fuori dal mundo pero también podría haber añadido This is England porque los temas pertenecen a las bandas sonoras de sendas películas, y en la que conviven con temas de otros músicos de reggae/ska (como indica en el foro Cornelius_10). El tema titulado Fuori dal mundo es el siguiente:



En estos años Einaudi se dedica a trabajar para el cine y la televisión, como anteriormente había hecho para el teatro y la danza. En la página de la wikipedia podéis ver la lista de éstas y otras melodías que compuso para distintos ámbitos. De entre todos estos temas destacan dos tan poderosamente que se publicaron en disco y dieron nombre a los respectivos álbumes. El primer es Eden Roc, que podéis disfrutar aquí en una interpretación en directo:



Es tan entusiasmante ver cómo Ludovico Einaudi dirige su grupo, qué espectáculo, que gusto ver y sentir la música de esta manera. Todos los músicos disfrutan y te hacen disfrutar con ellos, de tan evidente como resulta. El segundo tema es el principal de una serie de la televisión italiana basada en Dr. Zhivago:



Un músico no necesita grandes medios para demostrarlo y ésta es una buena prueba de ello. La manera en que Einaudi lleva el ritmo de la pieza con su piano ya basta para sentir la profundidad de esta joya; los violines enfatizan, ponen más intensidad a la melodía, pero el piano es el instrumento principal que abre y cierra el tema, y el resto gira en torno a él. Porque es que, además de un gran compositor, Ludovico Einaudi es un extraordinario intérprete, y eso es aún más raro de encontrar. Un buen ejemplo es In un’altra vita, en la que se se basta con su piano para cortarme la respiración:



In un’altra vita forma parte de I giorni, el disco que publicó un año antes de Dr. Zhivago. Un año después lo desarrolló aún más en un concierto que dio en la famosa Scala de Milán y que logró que aún fueran más emocionantes estas joyas. Por desgracia no encuentro ninguna fuente de este concierto. En su lugar hay muchos vídeos de pianistas amateurs que, soliviantados por estas maravillas, intentan tocarlas; en vano, porque aunque la melodía sea la misma no está tocada por las manos de Einaudi.

Llego entonces a los discos de los que he hablado en primer lugar: Una mattina y Diario Mali. En ese momento, cuando ya había escuchado todo cuanto había encontrado, Einaudi publica Divenire, un disco majestuoso, con el predominio de la orquesta acompañando el infaltable piano y dotado de unos temas de largo desarrollo, como es el sorprendente Divenire, que da título al disco:



Otra nueva maravilla, otro disco para el que sobran las palabras y nunca debe faltar escucharlo de principio a fin. Así que, sin pausa ni tregua, debo enlazar

Primavera:



Monday:



Y Ritornare:



Y así podría seguir con cada uno de los temas, uno tras otro, en este nivel de exigencia, de calidad, de lo que convierte la música en una de las cimas del ser humano.

En este año, hace pocos meses, Ludovico Einaudi ha publicado dos discos. Uno en colaboración con Ronald y Robert Lipstock, Cloudland, y otro en solitario, Nightbook. Dada su reciente publicación no he encontrado más que un enlace del primero, un discos con toques electrónicos en el que se nota la mano de los invitados, pero del que no se pierde ni un ápice de la genialidad de Einaudi, tal como se aprecia en Kyril:



Y además tenemos Nightbook, del que con acierto Cornelius_10 ha dicho que es más pausado y atmosférico que Cloudland y que Divenire, pese a que contiene temas tan enérgicos como el homónimo del disco:



O este Eros, toda una obra maestra para melómanos y erotómanos:



Ya son muchos los temas citados, pero he dejado tantos, tantos sublimes. No lo haré más largo, pero sí que me gustaría terminar con esta delicada pieza, etérea como un sueño pero tan próxima, tan emocionante, que es como puedo agradecer que yo también sea humano.

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sábado, 12 de diciembre de 2009

Ética inútil

Ayer vimos a Félix Grande y ahora me apetece poner aquí este poema de Música amenazada


Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.

Si la felicidad te la dio una mujer
ahora habrá envejecido u olvidado
y sólo sentirás asombro
-el anticipo de las maldiciones.
Si una taberna fue, habrá cambiado
de dueño o de clientes
y tu rincón se habrá ocupado
con intrusos fantasmagóricos
que con su ajeneidad, te empujan a la calle, al vacío.
Si fue un barrio, hallarás
entre los cambios del urbano progreso
tu cadáver diseminado.

No debieras volver jamás a nada, a nadie,
pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión, clavarle
su cuchillo desesperado,
morir asesinando.

Mas sabes que la dicha es como un criminal
que seduce a su victima
que la reclama con atroz dulzura
mientras esconde la mano homicida.
Sabes que volverás, que te hallas condenado
a regresar, humilde, donde fuiste feliz.
Sabes que volverás
porque la dicha consistió en marcarte
con la nostalgia, convertirte
la vida en cicatriz;
y si has de ser leal, girarás errabundo
alrededor del desastre entrañable
como girase un perro ante la tumba
de su dueño... su dueño... su dueño...

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jueves, 10 de diciembre de 2009

Más Strummer en Granada por Jesús Arias

La leyenda cuenta que estando en Barcelona Strummer oyó una canción de 091 y se emocionó tanto que le entró la necesidad imperiosa de conocerlos, viajando rápidamente a Granada. La realidad, como siempre, es otra:

Estábamos en el ‘Silbar’ (pub rockero de Pedro Antonio, ajedrezado y largo como un túnel o un tren, lugar de reunión de la movida granadina de los ochenta) y llegó un tío, malencarado y zarrapastroso, le dijo a Tacho (Tacho González, batería de 091) que tenía unas letras y Tacho se quitó de enmedio pasándomelo a mí, tenía una libretilla de esas de cuadros, sucia y hecha polvo. Empezamos a hablar y el caso es que, a pesar de la pinta de jipioso que tenía, había algo en su cara familiar.
Yo me acordé de las historias que circulaban por Granada, de que si ‘Los Clash’ habían estado por aquí (cierto, cuando la primera espantada de Strummer) y se lo comenté a Tacho: ‘ostras este tío se parece a Joe Strummer’.
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No le dijimos nada, pero al del bar le pedimos que pusiera algo de ‘Los Clash’, y allí estábamos los dos mirándolo a ver que hacía…Y sí, era él”, recuerda José Ignacio (García Lapido, guitarrista de 091). ¡Una experiencia casi mística! El caso es que el inglés no soltaba prenda, recluido en una pequeña pensión se dedicaba a escribir en la famosa libreta, a beber ginebra en el Silbar y a perseguir a las chicas. Una noche fue recogido de madrugada en un estado lamentable, y completamente perdido, por un periodista del Diario de Granada y depositado, salvo, que no sano, en su fonda. Al día siguiente concedía a su salvador la única entrevista que daría desde la disolución de Los Clash hasta entonces.
En aquella comida-entrevista a los pies de la Alhambra afirmó que le gustaba lo que hacían 091 y habló de sus nuevos proyectos, entre los que estaban el último álbum de la banda. Días después desapareció como había llegado, sin decir nada. Meses más tarde, cuando los Cero estaban preparando las maquetas en un estudio de la calle Recogidas para su inminente grabación, reapareció dispuesto a echar una mano a los granadinos, incluso escribió un par de letras para el grupo en el espaninglis mental que le caracterizaba, adaptadas por Gabi (Gabriel Contreras), un amigo de todos.

Se cree, se piensa mas allá del extremo del sur
Aunque podría ser al Este, dice el mangante
Esto es como si siempre soñara en el negro expreso que pasa
Trabajando en Recogidas with the sexis señoritas
El graffiti-boy graba una inscripción en las paredes de la catedral
El taxista espera the woman del amigo del general
La gente espera al hombre de chocolate
al hombre del chocolate
El limpiabotas hace disparates con maniquíes en los escaparates
La gente espera al hombre de chocolat
Esto es como si siempre soñara en el expreso negro que pasa
Trabajando en Recogidas With the sexis señoritas
With the sexis señoritas

Las famosas maquetas de la calle Recogidas (sin the sexis señoritas) fueron la base para el primer disco de la era Zafiro: Más de cien lobos. Un nuevo peldaño en la carrera agridulce de los Cero. Con ellas y con Pepe Loeches se fueron a los estudios Eurosonic y Track, dos de los mejores del momento. Iniciaron así una tormentosa aventura que acabó de aquella manera. Las sesiones de grabación fueron un auténtico suplicio. “Ocurría que Joe tenía una forma de trabajar muy diferente a la nuestra. Él iba al estudio tan sólo con unas ideas que desarrollaba allí, y aquí se llegaba con todo muy perfilado para ahorrar tiempo de grabación.

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miércoles, 9 de diciembre de 2009

The Big Shave

Un corto de Scorsese de 1967

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martes, 8 de diciembre de 2009

La historia del ojo (13)

VII Marcela

Por una especie de pudor evitábamos siempre hablar de los objetos más simbólicos de nuestra obsesión. Así, la palabra huevo fue tachada de nuestro vocabulario y nunca hablamos del interés que teníamos el uno por el otro y aún menos de lo que representaba Marcela para nosotros. Pasamos todo el tiempo de la enfermedad de Simona en una habitación, esperando el día en que pudiésemos regresar con Marcela, con la misma impaciencia que en la escuela esperábamos la salida de clase y, sin embargo, nos contentábamos con hablar vagamente del día en que pudiéramos regresar al castillo. Preparamos un cordel, una soga con nudos y una sierra de metal que Simona examinó con el mayor interés, mirando con atención cada uno de los nudos de la soga. Encontré las bicicletas que había escondido bajo la maleza el día de la caída y engrasé con todo cuidado las piezas, los cojinetes, las ruedecillas dentadas, además coloqué un calzapiés sobre mi bicicleta para poder llevar a una de las muchachas detrás de mí. Nada sería más fácil, al menos provisionalmente, que Marcela viviera como yo, secretamente, en la habitación de Simona. Nos veríamos obligados a acostarnos los tres en la misma cama (también usaríamos necesariamente la misma bañera, etc.)
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Pasaron en total seis semanas antes de que Simona pudiera seguirme en bicicleta hasta el sanatorio. Como la vez anterior, salimos durante la noche: yo seguía sin dejarme ver durante el día y teníamos razones suficientes para no desear atraer la atención. Tenía prisa por llegar al lugar que, confusamente, consideraba como "castillo encantado", gracias a la asociación de las palabras casa de salud y castillo , el recuerdo de la sábana fantasma y la impresión que producía una mansión tan grande y silenciosa durante la noche, poblada de locos.
Cosa extraña: me parecía sobre todo que iba a mi casa, pues en ninguna otra parte me sentía cómodo. Esa fue la impresión que tuve cuando salté la tapia del parque y el gran edificio apareció ante nosotros, entre árboles muy grandes; sólo la ventana de Marcela estaba aún encendida y abierta de par en par; con los guijarros de una avenida golpeamos su ventana y la muchacha nos reconoció de inmediato obedeciendo a la señal que le hicimos colocando un dedo sobre la boca; le enseñamos también la soga con los nudos para que comprendiese lo que pensábamos hacer. Le lancé el cordel lastrado con una piedra, y ella me lo devolvió después de haberlo amarrado detrás de un barrote. No hubo ninguna dificultad, pudimos izar la soga, Marcela la ató a un barrote y logré trepar hasta la ventana.
Cuando la quise abrazar, Marcela retrocedió. Se contentó con mirarme con atención infinita mientras yo limaba uno de los barrotes; le dije en voz muy baja que se vistiera para seguirnos, porque no llevaba más vestido que un albornoz. Me dio la espalda y se puso medias de seda color carne sobre las piernas, las sujetó a un liguero con listones carmesí que realzaban su culo, de una pureza de forma y de una finura de piel excepcionales. Seguí limando, ya cubierto de sudor por el esfuerzo y por lo que veía. Marcela, siempre de espaldas, cubrió con una blusa sus lisas y alargadas espaldas, cuya línea recta terminaba admirablemente en el culo cuando subía un pie sobre la silla. No se puso bragas, sólo una falda de lana gris plisada y un suéter a cuadritos negros, blancos y rojos. Así vestida, y calzada con zapatos de tacón bajo, regresó a la ventana y se sentó muy cerca de mí, tanto que podía acariciarle la cabeza, sus hermosos cabellos cortos, totalmente lacios y tan rubios que parecían más bien pálidos; me veía con afecto y parecía conmovida por la muda alegría con que yo la miraba.
- Podremos casarnos, ¿no es cierto?, me dijo por fin, amansándose poco a poco; aquí se está muy mal, se sufre...
Jamás se me hubiera entonces siquiera ocurrido que no dedicaría el resto de mi vida a esa aparición tan irreal. Se dejó besar durante largo tiempo en la frente y en los ojos y una de sus manos resbaló por casualidad sobre mi pierna y, mirándome con los ojos muy abiertos, me acarició antes de retirarla, por encima del traje, con gesto ausente.
Después de mucho trabajar logré limar el inmundo barrote, al terminar, lo aparté con todas mis fuerzas, dejando un espacio suficiente para que ella pudiera pasar. Pasó, en efecto y la hice descender ayudándole desde abajo, lo que me obligaba a verle la parte superior del muslo y a tocarla para sostenerla. Cuando llegó al suelo, se acurrucó entre mis brazos y me besó en la boca con todas sus fuerzas, mientras Simona, sentada a nuestros pies, con los ojos húmedos de lágrimas, le estrechó las piernas con las dos manos, le besó las corvas y los muslos, limitándose primero a frotar su mejilla contra ella; pero sin poder contener un gran sobresalto de gozo terminó abriéndole el cuerpo y colocando sus labios en ese culo que devoró ávidamente.

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sábado, 5 de diciembre de 2009

Para leer en forma interrogativa

Un poema de Julio Cortázar

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...
Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...
Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...
Has sabido
con cada poro de la piel, sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.

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Caosmeando

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