Di si eran éstas las palabras
Míralas bien
Córtalas con cuidado
Y vamos a guardarlas
Sepultadas debajo de la casa
Tesoro rescatado
Devuelto al culto
Palabras guarecidas
Mantenidas en vida
Que de secreto se alimentan
Reverenciadas en su catacumba
Ocultas mientras dure afuera
la locura lasciva del lenguaje
Para sólo sacarlas
Cuando pisemos el silencio soberano
En la omnisciente noche de la afasia
Y antes de que la clave se nos borre
Mirarlas un instante en su esplendor
Carne verbal viviente en el silencio
Inmaculadas concepciones
Rompedoras del círculo vicioso
Otra vez mediadoras
Para que se hagan mutuos mediadores
Dos que dicen tú y yo
Antes de que la noche del amor los borre
Mas todo está fundado si al borrarse se hablan.
Tomás Segovia
lunes, 11 de mayo de 2009
Dicho a ciegas
Misterios Hawaianos (2)
Los Menehune
Los menehune (ka poe menehune) son una raza mítica en Hawaii, unos traviesos e inteligentes pequeños que vivían en lo profundo de los bosques y valles de las islas. Los menehune son asociados con los días antiguos al asentamiento en Hawaii, andaban en las islas 1500 años antes que los colonos polinesios llegaran, aparecen en historias tanto antiguas como actuales.
Se rumoreaba que los menehune eran expertos con sus manos; constructores industriales y artesanos que pudieron construir templos increíbles, calles, canoas, estanques y casas en muy poco tiempo. Aunque se dice que habitaban todas las islas, la isla de Kauai es el escenario más común donde se pueden escuchar historias sobre los menehune.
Estos pequeños de 6 cm habitantes de las islas son, para muchos, los maestros arquitectos del estanque y represa Aleloko, la reserva de agua más grande de Kauai. La historia alrededor de la construcción de este estanque cuenta que dos curiosos, ignorando las advertencias de los menehune, fueron convertidos en piedra después de espiar a los menehune durante sus tareas de construcción.
Hoy, se dice que los dos pilares de piedra pueden ser vistos cerca del estanque. Algunas paredes construidas a mano con petroglifos tallados cuidadosamente son consideradas una evidencia que Kauai fue (y quizás sigue siendo) el lugar de juego favorito de los menehune.