Magnífica canción y vídeo de Hoyo Colorao, que demuestra que se puede hablar de la realidad y hacer arte.
domingo, 21 de septiembre de 2008
Di que no
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Etiquetas: actualidad-noticias, animación, música
Las once mil vergas (V)
Ella le gritaba en rumano: “ ¡No, no me la meterás!” y al mismo tiempo pataleaba con sus preciosos muslos redondos y rollizos. El grueso miembro de Mony había tocado ya el húmedo reducto de Tone con su cabeza roja e inflamada. Ella pudo soltarse aún, pero al hacer este movimiento dejó escapar una ventosidad, no una ventosidad vulgar, sino una ventosidad de un sonido cristalino que le provocó una risa violenta y nerviosa. Su resistencia disminuyó, sus muslos se abrieron y el voluminoso aparato de Mony ya había escondido su cabeza en el reducto cuando Zulmé, la amiga de Tone y su colaboradora de masturbación, se apoderó bruscamente de los testítulos de Mony y, estrujándolos en su manecita, le causó tal dolor que el miembro humeante volvió a salir de su domicilio con gran contrariedad de Tone que ya empezaba a menear su gran culo debajo de su esbelta cintura.
Zulmé era una rubia cuya espesa cabellera le caía hasta los talones. Era más bajita que Tone, pero en cuanto a esbeltez y a gracia no le cedía en nada. Sus ojos eran negros y ojerosos.
Cuando soltó los testículos del príncipe, éste se arrojó sobre ella diciendo: “Bueno, tú vas a pagar por Tone”.
Luego, atrapando de una dentellada un precioso pecho, comenzó a chuparle la punta. Zulmé se retorcía. Para burlarse de Mony meneaba y ondulaba su vientre al final del cual bailaba una deliciosa barba rubia muy rizada. Al mismo tiempo ponía en alto un bonito coño que partía una bella y abultada mota.
Entre los labios de ese coño rosado bullía un clítoris bastante largo que demostraba sus costumbres tribádicas. El miembro del príncipe trataba de penetrar en vano en ese reducto. Al fin, asió las nalgas con fuerza e iba a penetrar cuando Tone, enojada por haber sido privada de la descarga del soberbio miembro, se puso a cosquillear con una pluma de pavo real los talones del joven.
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Etiquetas: Las once mil vergas, literatura