sábado, 13 de diciembre de 2008

Tabaco

El tabaco, es una planta originaria del continente americano, principalmente del Caribe, y allí las conoció el hombre hace aproximadamente dieciocho mil años.

Expertos en genética vegetal han determinado que el origen del tabaco, el lugar donde se cultivó por primera vez, se sitúa en la zona andina entre Perú y Ecuador. Los primeros cultivos debieron tener lugar entre cinco mil y tres mil años antes de Cristo. Por otro lado, algunos historiadores ubican su cuna en la Península de Yucatán y se dice que sus pobladores, los antiguos mayas, fueron los primeros en cultivarlo y disfrutarlo, cuando su cultura se disolvió, las tribus que derivaron de ella se llevaron consigo los conocimientos del tabaco hacia el Caribe, norte y sur de América.
El tabaco no sólo era aspirado en humo, sino también masticado, aspirado por la nariz, se masticaba, se comía, se bebía, se untaba sobre el cuerpo, se usaba en gotas en los ojos, y utilizado como medicina en rituales religiosos y mágicos. Se usaba en ritos como soplarlo sobre el rostro de guerreros antes de la lucha, se esparcía en campos antes de sembrar, se ofrecía a los dioses, se derramaba sobre las mujeres antes de una relación sexual, y tanto hombres como mujeres lo utilizaba como narcótico.
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El tabaco era utilizado por indígenas de diferentes tribus, como los indios de Isla Española (hoy República Dominicana y Haití), los caribes de Martinica, los indios oyampys del Brasil y pueblos aztecas, mayas, guaraníes, taínos y antillanos.

A finales del siglo XII, los aztecas invadieron el territorio maya y asimilaron la costumbre de fumar tabaco. Sin embargo, dieron al fumar un carácter más social que religioso, ya que lo más importante se centró únicamente en la magnificencia y el refinamiento de los utensilios de fumar. Los aztecas conservaron la costumbre hasta la llegada de los españoles a principios del siglo XVI.
No obstante, este cultivo para Europa fue desconocido hasta que en el año 1492 Cristóbal Colón descubrió "el puro", al mismo tiempo que el Nuevo Mundo.
En octubre de 1.492, los indios arawak, habitantes de las Bahamas - primer territorio que encuentra Cristóbal Colón, y al cual bautiza como San Salvador -, ofrecen cestas de frutas y hojas secas al explorador europeo. Sin comprender su significado, Colón desecha las hojas secas. Luego, al encontrarse con un navegante solitario en una canoa cerca de isla Fernanda, nuevamente observó un acopio de esos vegetales marchitos entre sus escasas provisiones. Sin embargo, siguió ignorante de su uso.
Un mes más tarde, el 4 de Noviembre de 1.492, Rodrigo de Jerez y Luis de Torres - a su regreso de una excursión al interior de Cuba cumpliendo órdenes del Almirante Cristóbal Colón - encuentran a lugareños que inhalan el humo de hojas secas de tabaco encendidas, a través de un trozo de caña hueca en forma de Y que llaman tobago o tobaca. Fueron las playas de San Salvador el escenario del gran hallazgo del tabaco. Rodrigo de Jerez y Luis de Torres lo describieron como "hojas secas que desprendían una peculiar fragancia", ellos fueron los primeros occidentales en conocer su existencia. Posiblemente, Colón desconociera que había descubierto el tabaco a la vez que América, fueron necesarios cien años para que el tabaco circulara en algunos puertos españoles como Sevilla, Cádiz, Moguer, Cartagena. El resto de Europa no tardaría en conocer las excelencias de la nueva planta. Image
El tabaco ha sido sagrado en América y mágico en Europa. En América del Sur, fue considerado como medicina milagrosa, elemento imprescindible de las ceremonias religiosas y militares, alucinógeno e incluso complemento dietético. Para los brasileños, es un mito donde se dice que el tabaco es un atributo de Dios, que es su representante en la tierra. Para los Mayas del Yucatán, las estrellas fugaces son las cenizas incandescentes de sus enormes cigarros, el trueno es el ruido de dos gruesas rocas que hacen chocar al modo de lumbre y los relámpagos son las chispas que se desprenden; en cuanto a las nubes, son el humo de los puros del dios de la lluvia, por ello ofrecían sus primeras cosechas a los dioses. Los Indios del Caribe utilizaban el tabaco para drogarse, el indio vivía envuelto en humo. La primera conquista del puro, fuera de su área original, fue Birmania. Desde la introducción del tabaco este pueblo quedó prendado de sus excelencias de tal forma que se agujereaban el lóbulo de la oreja, para introducir en él, el puro.
En 1.507 Amerigo Vespucci, alias Américo Vespucio, encuentra indios mascadores de tabaco en la isla Margarita, en Venezuela. Una carta suya, fechada ese mismo año, es el primer texto en el que aparece la palabra tabaco.

En 1.535 el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés publicó el primer volumen de su monumental obra sobre el primer encuentro y primeras décadas de la conquista, Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano. En ella se encuentra una extensa y considerada la más temprana referencia al "tabaco" y a la costumbre de fumarlo. En la obra se refiere a los Caquetío de Venezuela septentrional y comenta sobre las prácticas adivinatorias relacionadas con el uso del tabaco por parte de los shamanes y los métodos usados en el cultivo de la planta.
Para los primeros fumadores de Europa, el tabaco era una fuente de placer, tenían razones para oponerse a los detractores del tabaco y a los grandes que quisieron hacer de él un medicamento. Rodrigo de Jerez, descubridor junto a Colón de las Américas, sucumbió a los placeres del tabaco y de regreso a España quiso disfrutar del placer de fumar la nueva planta ante su familia y amigos y al ser sorprendido echando humo por la boca fue confundido con un poseso del demonio y enviado a prisión por el Santo Oficio. De esta forma el tabaco se cobraría su primera víctima. Los españoles fueron los primeros en disfrutar del placer de fumar tabaco y en sufrir los castigos y prohibiciones. En la Iglesia, no tuvo buena aceptación y las arbitrariedades inquisitoriales incapaces de reconocer más humo que el del incienso dejaron paso a las prohibiciones regias propiciadas unas veces por superstición y otras, las más, por intereses convencionales y económicos.

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Caosmeando

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