miércoles, 20 de febrero de 2008

Un lugar para desaparecer

Hace unos días (bueno, ya hace unas semanas) os propusimos que eligierais un lugar para desaparecer. La cosa está mal si ya damos por hecho que queréis desaparecer, pero no para siempre, eh, sólo el momentáneo tierra-trágame o, como dicen los argentinos, "me voy a la mierda". Luego está el que se fue a por tabaco y se hizo humo, pero eso es otra historia.

Entonces, a los resultados:

- En un paraje solitario triunfó con un 37%. El clásico lugar ameno sigue estando de moda y está al día no saber de nada ni nadie. Los que votaron esta opción han pensado más de una vez irse y dejarlo todo, tanto engaño, tanto absurdo, tanta hipocresía. "Tanto ruido que al final llegó el final", dijo Sabina en una canción; pero también dijo en otra "Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar". Aquí uno se paraliza pero no deja de desear ni de buscar el lugar libre de huellas, el paraíso.

- En la intimidad de tu casa no se quedó muy atrás y obtuvo un 25%. Claro, es que el hogar dulce hogar también pega fuerte y está muy bien llegar a casa con el calorcito y la cama y la música y encontrar el oasis en el desierto, que por algo vivimos allí y lo hicimos a nuestra imagen y semejanza. Los que se quedaron en casa miran por la ventana y ven las hormigas correteando con su constante prisa y se alegran de ver las diferencias. Así dicen ése no soy yo, aquí estoy, llegué. Y suspiran, aliviados, hasta que se enfrenten de nuevo con la realidad.

- Entre una muchedumbre anónima es quizás es un escapismo más sibarita. Por eso se quedó con el 16% de los votos. Ya que no puedo huir me pierdo entre la masa y me separo de ella cuando me dé la gana. Estos anónimos desean viajar a una ciudad donde no los conozca nadie (que no haya encuentros casuales ni coincidencias fatales) y caminar por las calles de Amsterdam, Atizapán, Düsseldorf o Bombay, por ejemplo; y si pudieran estarían cada día en una ciudad distinta, pues son muy viajeros.

- En un sitio donde ves y no eres visto tiene un tímido 12%. El voyeurismo se practica (y mucho) pero está mal visto ver y no ser visto. Curioso, cotilla, chafardero... tantas nombres no engañan. Y aún así las pelis porno triunfan. Y de la tele para qué hablar. Es un placer solitario del que no hay que darle explicaciones a nadie y uno descansa de la realidad. A estos mirones les gustaría ser gatos que desde una tapia espían, como quien no quiere la cosa, pasando las horas con toda tranquilidad, sin más. Habría que preguntarse si el que es observado lo sabe o no, pero eso ya no importa, es otro tema.

- A deshoras en un lugar habitado es una variante curiosa del paraje solitario. Al recibir sólo el 8% de los votos demuestra que es una opción difícil, porque no todos pueden permitirse caminar a deshoras, pero no por eso deja de ser tentadora. Después de una fiesta, antes de trabajar, durante el insomnio, puede que tengamos la oportunidad de pasear por esas calles que tantas hemos pisado, atestadas de gente, y que ahora están casi vacías. Son tan distintas a como eran antes, el protagonista de Taxi Driver podría dar más de una lección. Lástima que sea tan difícil el silencio absoluto y por ahí suele colarse en la foto alguien, aunque sea un perro.

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Caosmeando

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