El éxito de la manifestación en el aeropuerto de Ezeiza nos mostró que la vía más fructífera podía ser presionar a la compañía que se hizo cargo de los damnificados: Air Comet, es decir, Aerolíneas Argentinas. Su oferta, como he dicho, era viajar por 200 euros a Madrid como único destino y sólo para los pasajeros de nacionalidad española (muchos argentinos tienen la doble nacionalidad por su ascendencia, pero no todos, claro).
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De esta manera, en cualquier momento podía pagar el billete y regresar a España, pero seguía sin estar de acuerdo. No quería tener ningún gasto añadido de 200 euros cuando ya había comprado el billete y, sobre todo, no quería abandonar a N. (la coordinadora que se hizo cargo del grupo cuando renunció F.), ni a los 30, 40 damnificados que habían estado en todas las reuniones y todas las manifestaciones ni a los que a la distancia animaban cuanto podían a no rendirse. El resto del grupo lo tenía sólo en cuenta para darle la información del tema, pero no esperaba nada más, no sentía que a ellos los representara si no daban muestra alguna de apoyo, crítica o repulsa. Si no fuera por el ánimo de los habituales me habría olvidado del tema desde hacía tiempo. En fin, las siguientes manifestaciones las dirigimos a la oficina central de Aerolíneas Argentinas, en la peatonal contigua a la calle Florida.Fueron dos las manifestaciones que hicimos allí, no fue necesaria ninguna más. Ante la puerta de la oficina hicimos mucho ruido, sobre todo gracias al altavoz de la incansable P., uno de los miembros más decididos y más atrevidos. Mediante sus consignas llamamos la atención lo suficiente para agotar enseguida todos los folletos informativos que repartíamos entre los curiosos y el ruido determinó que las puertas de la oficina se cerrasen antes de su horario habitual. Además, también contamos con la ayuda de miembros del grupo de La Plata, que viajaron a Buenos Aires expresamente para las manifestaciones. En la repartición de los folletos nos ayudaron unos niños que en un principio creí hijos de los miembros del grupo. Mirá todos los que metimos debajo de la puerta, me dijo uno, y entonces me di cuenta de que en realidad eran hijos de unos cartoneros que estaban descansando al lado de la oficina. Para ese mal no había manifestación que valiese (los cartoneros, antiguos miembros de la clase media, se pasean dóciles por las calles reuniendo papeles y cartones que les comprará una fábrica al final del día).Entonces llegó el mayor éxito que tuvimos: nuestros abogados hablaron con representantes de Aerolíneas que decidieron acudir al ver que la manifestación se repetía, y acordaron otorgar a todos los damnificados un billete por 200 euros con plazo hasta finales de junio; es decir, en las mismas condiciones que tenían los españoles. Los abogados aconsejaron que aceptáramos ese trato porque era imposible lograr otro mejor. Y eso fue lo que hicimos. A partir de entonces acabaron las acciones activistas y nos dedicamos a reservar nuestro billete, pues tan enorme era la demanda que no pude lograrlo hasta la primera semana de junio.Aún así no habían terminado todas las medidas de presión. A las cartas a Zapatero y a Kirchner (que no obtuvieron respuesta) les sumamos otra a la Cancillería (el Ministerio de Asuntos Exteriores argentino), ya que había accedido a recibirnos. Yo no estuve en esa reunión (es decir, estuve pero no participé en la reunión ya que no soy argentino); en cambio, sí que asistí a la entrevista con el subsecretario del embajador de España. El resultado en ambos casos fue previsiblemente el mismo: harían cuanto pudieran, que bien poco podía ser, ya que no nos sirvió de nada. De todos modos poco quedaba por hacer. No haríamos más manifestaciones ni más reuniones. Las actividades del grupo habían terminado.
miércoles, 9 de enero de 2008
Air Madrid, un año después (VI)
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Etiquetas: actualidad-noticias, Air Madrid, Relatos, viajes
Llorando la muerte de una madre
La madre de un hombre que vivía al este de la ciudad murió y él lloró su muerte, pero su llanto no sonaba suficientemente triste.
Al ver esto, el hijo de una mujer que vivía al oeste de la ciudad dijo a su madre:
-¿Por qué no te mueres pronto? Prometo llorarte con gran desconsuelo.
Será difícil que un hombre que desea la muerte de su madre pueda llorarla amargamente.
FIN
Cuento tradicional chino; Anonimo
Publicado por Uno, trino y plural a las 0:22 3 comentarios
Etiquetas: cuentos chinos, literatura
Ordenanzas Reales para el buen regimiento y tratamiento de los yndios (y 9)
Otrosy hordenamos e mandamos que por que los dichos caciques tengan quien los syrva e hagan lo que ellos les mandaren para cossas de su seruicio que sy los yndios que touiere el tal cacique se ouieren de repartyr en mas de vna persona sy el dicho cacique touiere quarenta personas le sean dados dellas dos personas para que le syrvan
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e sy fueren de setenta personas se le den tres e sy fuere de ciento se le den quatro e hasta ciento e cinquenta le den seys e dende alli adelante avnque mas gente tenga no se le de mas los quales dichos yndios que asy le an de seruir sean quales el dicho cacique quisiere tomar con que sean terciados onbre y muger e hijos con sus personas qie se les dan vayan con la persona que mas parte tuvieren encomendada en el dicho cacique e que sean muy bien trabtados no les mandado trabajar saluo en cossas ligeras con que ellos se ocupen por que no tengan vciosidad por evitar los ynconvenientes que de la vciosidad podrian subceder e mandamos a los visytadores que tengan cargo de mirar mucho por los dichos caciques e yndios e que les den muy bien de comer e les muestren las cossas de nuestra fe mejor que a los otros por que estos tales podran doctrinar a los otro yndios e lo tomaran dellos mejor que de otra persona ninguna. Otrosy hordenamos y mandamos que todas las personas// que touieren yndios en encomyenda asy de los de la ysla española como de los que de las yslas comarcanastruxieren sean obligados a dar cuenta a los visitadores de los que se les morieren e de los que nacieren dentro de x dias e mandamos que los dichos visitadores sean obligados e tengan vn libro en que tengan quenta e rason con cada persona que touiere yndios de repartymiento e declaren en el que yndios tiene cada vno e como se llaman por sus nobres para que los nacidos se asyenten e los muertos se quiten porque contyno el visytador tenga entera relacion sy crecen o dimynuyen los dichos yndios so pena de dos pesos de oro a cada vno de los dichos pobladores que asy no lo cumplieren por cada vez que asy no lo hizieren la qual dicha pena se reparta para la camara e para el acusador e juez que la sentencire e executare a los visytadores sean obligados de traher a cada fundicion e la dar a nuestros oficiales que en ella resyden la rason de todo lo suso dicho para que ellos sepan los yndios que oieren crescido entre vna fundición y otra y nos lo hagan saber quando nos enbiaren el oro que se ouiere avido para no en la tal fundicion. Otrosy hordenamos y mandamos que persona ni personas algunas no sean osados de dar palo ni acote ni llamar perro ni otro nombre a ningun yndio syno el suyo o el sobre nombre que touiere e sy el yndio mereciere ser castigado por cossa que aya fecho la tal persona que lo touiere a cargo// los lleve a los visytadores que los castygue so pena que por los palos e acotes que cada vez diere al tal yndio o yndios pague cinco pesos deoro e sy llamare perro u otro nombre que no sea suyo propio del yndio u otro sobre nonmre pague vn peso de oro