Cuando Chu, ultimo rey de la dinastía Chang, ordeno que de un marfil de inmenso valor se le fabricasen palillos para comer, su tio y consejero, el principe Ki, se mostro sumamente triste y preocupado. Los palillos de marfil no pueden usarse con tazones y platos de barro cocido: exigen vasos tallados en cuernos de rinoceronte y platos de jade, donde en vez de cereales y legumbres deben servirse manjares exquisitos, como colas de elefante y fetos de tigre. Llegado a esto, dificilmente el rey estaria dispuesta a vestir telas burdas y vivir en un techo de paja: encargaria seda y mansiones lujosas.
- Me inquieta a donde llegara todo esto - dijo el principe Ki.
Efectivamente, cinco años despues el rey Chu de la dinastia Chang asolaba el reino para colmar sus despensas con todas las exquisiteces, torturaba subditos con hierros candentes, y se embriagaba en un lago de vino, y de este modo perdio su reino.
FIN
Cuento tradicional chino, Anonimo
jueves, 3 de abril de 2008
Palillos de marfil
Publicado por Uno, trino y plural a las 23:16 1 comentarios
Etiquetas: cuentos chinos, literatura
Suscribirse a:
Entradas (Atom)