martes, 11 de noviembre de 2008

Carta de Froylán Turcios a A. C. Sandino

Rubén Darío dijo del hondureño Froylán Turcios «Es un caso típico de nuestra zona: produce libros, escribe periódicos y hace revoluciones».

Tegucigalpa, Honduras, 17 de diciembre de 1928

Sr. Gral. Augusto C. Sandino.
Donde esté.

Mi querido amigo:
Me dijo Ud. en una de sus recientes cartas, en un párrafo de su puño y letra, que venía de postdata, que me considera su mejor amigo. Yo lo quiero aún más, como a mi único hermano por el corazón y por los grandes ideales de Justicia y Libertad. Y por esto, precisamente, estoy en la forzosa e ineludible obligación de hablarle con la más absoluta franqueza, con la alta franqueza digna de los dos.
Yo tengo el deber de cuidar de su gloria, de la gloria del Libertador Sandino, el hombre más brillante de los tiempos modernos. Pero el Sandino de mis admiraciones, el símbolo de nuestra Raza, y la Gran Bandera de la Libertad, es el egregio paladín arriesgado heroicamente en una empresa gigantesca para arrojar al poderoso conquistador del suelo de su Patria.
Conseguido ese magno objetivo, su victoria es absoluta; y de ningún modo puede mezclarse en otra empresa menuda, como sería el encabezar una guerra civil para poner a éste o aquél en la silla presidencial de Nicaragua. El patricio, el prócer Sandino, mi amigo, mi hermano, por quien daría mi sangre, es el Héroe de los Héroes en la guerra de Independencia que hoy asombra al mundo. Al Sandino, caudillo en una guerra civil, en una miserable contienda fratricida, "no lo conozco", y nada tendría que ver con él.
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No estaré, pues, jamás, de acuerdo con la misión a México. Yo no debo cooperar a empequeñecer la homerica figura del "Libertador Sandino", cuando he puesto mis mejores energías en hacerlo brillar como un nuevo Bolívar bajo el cielo de América.
En el número de antier de "El Demócrata" de esta ciudad, apareció el texto que le acompaño, de un proyecto de pacto entre Moncada, Díaz y Ud., redactado por los señores Escolástico Lara, Sofonías Salvatierra y Salomón de la Selva.
Antes que todo, ruégole decirme si estos señores tienen representación de Ud., para proponer pactos de arreglo. Entendía, por lo que Ud. me ha dicho en varias ocasiones, que sólo yo tendría este derecho. De todos modos, el proyecto en referencia tiene sus cosas buenas. Deseo saber si podría yo escribir un pacto, que fuera respetado por Ud., con las siguientes bases, tomadas o ampliadas de éste a que me refiero:
1) El Gobierno de Nicaragua, presidido por el Gral. Moncada, pedirá a Estados Unidos y obtendrá el inmediato retiro de todas las fuerzas norteamericanas que se hallan en aquella república.
2) Inmediatamente después que haya salido de Nicaragua el último soldado norteamericano, el Gral. Augusto C. Sandino y todos sus jefes y soldados que están a sus órdenes, depondrán las armas, guardándolas en Costa Rica, para el caso de que tuvieran necesidad de hacer uso de ellas, si nuevamente soldados norteamericanos invadieran el territorio de Nicaragua; y reconocerán la constitución del Gobierno presidido por el Gral. Moncada.
3) El Gobierno del Gral. Moncada pondrá en todo su rigor la Constitución de la República, y tomará sin pérdida de tiempo, una vez constituido, las medidas necesarias a fin de no tener efecto de ley todas aquellas disposiciones y demás medidas que violan o contrarian la Constitución.
4) El Gobierno del Gral. Moncada reconocerá al Gral. Sandino y a sus oficiales y soldados sus derechos ciudadanos, amarándolos, mediante la más amplia amnistía.
Espero que se servirá contestar esta carta a la mayor brevedad posible, dándole instrucciones especiales al correo a fin de que llegue sin la menor demora.

Mis mejores saludos para la Legión Sagrada.

Un abrazo para Ud.

Patria y Libertad
Froylán Turcios

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Sensemayá

Nicolás Guillén Silvestre Revueltas



(Canto para matar a una culebra)

¡Mayombe--bombe--mayombé!
¡Mayombe—bombe--mayombé!
¡Mayombe--bombe--mayombé!

La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.
La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.

¡Mayombe—bombe--mayombé!
¡Mayombe--bombe--mayombé!
¡Mayombe—bombe--mayombé!

Tú le das con el hacha, y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!

Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá ...

¡La culebra muerta no puede comer;
la culebra muerta no puede silbar;
no puede caminar,
no puede correr!
¡La culebra muerta no puede mirar;
la culebra muerta no puede beber;
no puede respirar,
no puede morder!

¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe--bombe--mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayá, se murió!

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Caosmeando

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