El pasado 11 de diciembre celebramos el décimo aniversario del fallecimiento de uno de los compositores más versátiles, oxigenados y vitales del pasado siglo, el ya clásico Simon Jeffes. Con él se fue su proyecto más personal, la enigmática Penguin Cafe Orchestra, banda nacida a rebufo de una idea básicamente marciana. A finales de los años 70, Jeffes, después de haber sufrido una intoxicación a causa de un pescado en mal estado consumido en un restaurante del sur de Francia, tuvo una visión: ante él su cerebro enajenado construyó la imagen de un hotel dividido en varias habitaciones, en las cuales varias personas realizaban acciones diversas. Una pareja hacía el amor con pasión decreciente... un hombre se miraba a un espejo, en silencio... otra persona afinaba su violín sin emitir ningún sonido... de todo ello, una conclusión: había que crear algo que rompiese el significado de ese sueño comatoso, que no era otro que el enclaustramiento estético de las denominadas músicas académicas. Nació así la Orquesta del café del pingüino, banda centrada en la elaboración de músicas irracionales, caóticas, originales e inclasificables.
Influencias, muchas: minimalismo glassiano, puntos folk, esencias country y libertades jazzísticas. Van un par de ejemplos:
Air à danser:
http://www.youtube.com/watch?v=eU8IziD08t4
Paul´s dance:
http://www.youtube.com/watch?v=IeZGXMeTKzw&feature=related
Music for a found harmoniun:
http://www.youtube.com/watch?v=yJg1NNyke2E&feature=related
(Heidegger)
domingo, 23 de diciembre de 2007
Diez años sin la Penguin Cafe Orchestra
Suscribirse a:
Entradas (Atom)