miércoles, 26 de marzo de 2008

CARTA

(fragmento de una carta de Juan Eduardo Cirlot a Manolo Millares -recogida en la recopilación de correspondencia «DE LA CRITICA A LA FILOSOFIA DEL ARTE»-)

Seguir Leyendo...




«Necesitarías alguien que te transmitiera una seguridad que te falta y que te quitara el miedo. Me dices que eres neurótico. ¿Estás seguro de ello? Por mi parte, detesto la terminología psiquiátrica que hoy impera; prefiero creer en endemoniados que en locos, excuso decirte en esa zona intermedia de la "neurosis". Si de veras crees que vives en ella, procura curarte (si la interpretas como enfermedad); usa vitaminas; reforzantes de todo género; confiésate con los amigos, con tu mujer, escribe, deshazte de tus preocupaciones. Si prefieres considerar que "eso" es más asunto del alma que de los nervios, mira profundamente en tu fondo y analiza qué te pasa.

Te recomiendo que con cierta frecuencia, una vez por semana al menos, des un largo paseo solitario y te dediques a meditar, pensando y dirigiendo tus ideas (no permitiendo que se te impongan cavilaciones) y sobre todo estableciendo la trayectoria de tus vidas (exterior e interior), por etapas, buscando su "melodía interior", intentando explicarte porqué has dado cada paso y si has conseguido o no lo que querías. Estudia tu existencia a trozos, haz diagramas de ella; analiza tus épocas de victoria y de derrota, tu ritmo de fecundidad y repetición.

Cuando te hayas acostumbrado más a ti mismo y te lleves de verdad a cuestas, conscientemente, tu inconsciente no podrá nada contra ti, o tendrá una virulencia mucho menor. Por otro lado, piensa sinceramente en la finalidad real de tu creación; si es un acto de verdad y de humildad, de afirmación y de proyección, o si buscas más bien dañar por medio de ella. Sólo admitiéndote como eres podrás avanzar algo en la senda del ennoblecimiento y así tu alma irá mejorando y con ella, muy posiblemente, los nervios.

No te quejes demasiado. Tienes una casa, un espacio que es tuyo, puedes ser tú mismo y sabes que otros seres humanos te conocen y te admiran. Tienes libros, cuadros, paredes y lecho. Tienes comida y bebida, luz y sol, tienes una mujer estupenda, bella, graciosa y amable. Deberías, pues, ser feliz. Al menos, bastante feliz. No lo eres, o por desorden de tu vida interior y falta de claridad en el análisis de tus condiciones existenciales (que son prodigiosas, piénsalo, en la época de los campos de concentración), o bien por participar en un dolor más genérico e impreciso.

Sé bien que las personas más dotadas pueden sentirse torturadas por problemas profundos e insolubles: anormalidades sexuales no resueltas, amores imposibles, ambiciones que no se acaban de satisfacer, sentimiento de impotencia ante los grandes logros de las propias finalidades de la vocación. Pero este género de dolor ha de admitirse y utilizarse como estímulo, no como freno ni como maldición.

Puede suceder que una mujer maravillosa, que nos haría dichosos como amante, no nos resulte como esposa pero esto prueba, precisamente, que el hombre no ha sido hecho para la felicidad y que su atmósfera ordinaria ha de ser el sufrimiento. No es posible concebir la "organización de un cielo", hecho a la medida como un traje y comprado pagando el alquiler del piso. Pero esto no es neurosis en la medida que sea conocido y dominado.

Si es insatisfacción artística, pensemos ya que el arte contemporáneo (con todos los logros que no se le quitan) es poca cosa y que va siendo hora, acaso, de abrir puertas hacia un arte desconocido. Piensa si eso puedes hacerlo tú. O si puedes ayudar a que esa vía sea encontrada. Más modestamente, medita sobre la historia de tu creación y procura ver hacia dónde ha de ir, dado lo que ha sido y lo que es. El hecho de que te exprese a ti y que tú te califiques de neurótico no justifica nada. El artista del presente no debe olvidar la existencia real del mundo, de los seres humanos, de la historia del arte y, sobre todo, del universo del espíritu. Intenta ir hacia adelante. Lo conseguirás.»


Citado por Fernando Marquez "El Zurdo" en Luminar XXI

Seguir Leyendo...

Caosmeando

ecoestadistica.com