jueves, 3 de julio de 2008

Los hermanos Ayar

Este mito sobre el origen de los incas Sostiene que los hermanos Áyar fueron ocho -cuatro parejas- y que surgieron de una de las tres cavernas del cerro Tamputoco, situado inmediatamente al sur de Pacaritambo, cerca de
la actual Paruro. La caverna de la que salieron los Áyar era la Capactoco, que se hallaba entre las otras dos -Marastoco y Sutictoco-, de las que salieron los pueblos mara y tampu, respectivamente.

Las parejas que constituyeron los ocho hermanos Áyar fueron las siguientes:
- Áyar Manco y Mama Ocllo.
- Áyar Auca y Mama Huaco.
- Áyar Cachi y Mama Ipacura.
- Áyar Uchu y Mama Rahua.

Los Áyar, comandados por Áyar Manco y acompañados por diez ayllus -cinco hanan y cinco hurin-, partieron hacia el norte en busca de una tierra que fuera adecuada para cultivar y habitar, la cual sería identificada por ellos al hundirse en su suelo una barreta de oro.
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Pero, a poco de haber emprendido el camino, decidieron desprenderse de Áyar Cachi,por temor de sus poderes mágicos, pues con un solo tiro de su honda podía derribar cerros o hacer que surgieran quebradas. Con engaños lo convencieron de que retornara a la caverna donde nacieron, para traer el napa, insignia de señores, y unos vasos de oro que habían olvidado, llamados topacusi. Lo siguieron subrepticiamente y una vez que Ayar Cachi penetró en la cueva la cerraron con bloques de piedra, donde quedó atrapado para siempre. Después de este episodio, los Ayar continuaron su ruta por las serranías.
Después de un largo peregrinaje, que duró alrededor de 20 años y en el que acamparon en varios lugares, los hermanos Áyar arribaron al monte Huanacaure, en las proximidades y al sureste de la actual ciudad del Cusco. Los Áyar, dado lo apropiado del paraje, acordaron establecerse provisionalmente en él, y, para sacralizarlo y ligarlo permanente e indisolublemente a los incas, acordaron que Áyar Uchu se convirtiera en huaca. Así, este hermano se transformó en una huaca de piedra, que tomó el nombre de Huanacaure y se constituyó en el objeto central del culto allí prestado.

Los incas se dedicaron entonces a recorrer los alrededores en busca de la tierra feraz que constituía la finalidad de su peregrinación. En esta búsqueda exploraron terrenos cercanos a Colcabamba y llegaron hasta la campiña de Huaynapata. En Huaynapata la barreta de oro arrojada por Áyar Manco -según algunos por Mama Huaco- se hundió plenamente, lo cual demostró la calidad cultivable de su suelo y provocó la decisión de los incas de apropiarse del lugar.
Los ayllus errantes trataron de llegar al lugar señalado, pero hallando resistencia entre los habitantes de la región se vieron obligados a retornar a Matagua.

Poco después, mientras contemplaba desde la cima del monte Huanacaure el conjunto de Acamama, Áyar Manco ordenó a Áyar Auca, que gozaba de la facultad de volar, que fuera a poblar el paraje indicado por la vara, donde actualmente se encuentra el Coricancha. Cuando así lo hizo este último hermano, también se convirtió en piedra al pisar el suelo, tomando así simbólicamente el lugar y siendo el primero en ocupar el sitio tan largamente deseado Así, convertido en piedra, pero conservando la capacidad de comunicarse con su hermano, le ordenó a Ayar Manco llamarse, de ahí en adelante, Manco Cápac.

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Caosmeando

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