miércoles, 17 de octubre de 2007

Relax


Shhhhhhhhh.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar..

Una playa tranquila suele asociarse con la calma, pero los que somos de mar todavía lo sentimos más, y acusamos más su ausencia. El sábado me escapé un momento a mi playa, y me quedé quieto en la orilla, con los ojos cerrados, escuchando el murmullo del oleaje engullendo la arena. Un masaje a los sentidos.

Caosmeando

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