Robando arte callejero II

| Silla fotografiada en la cafetería de la facultad de medicina de la Universidad Complutense de Madrid |

Hay veces que las cosas más sencillas se convierten en geniales por el simple hecho de estar en el momento y lugar adecuados.
- ¡Dos cafés camarero!
Y sonríes porque el que parece haberlo dicho no es quién te acompaña, si no el pequeño Calvin inmortalizado en una silla de plástico rojo.



Dedicado a Heidegger a pesar de que no lo conozco ni he cruzado palabra con él, por razones obvias vino a mi mente nada más reparar en el detalle del dibujo.