sábado, 17 de noviembre de 2007

Uno de esos personajes entrañables

Vas en el autobús y no puedes evitar tener la oreja puesta en los asuntos de los demás, al menos yo no puedo. Escuchas a los abuelos, contando sus experiencias, los hijos rebeldes y los cariñosos (o no) padres, escuchas al estudiante puteado por el próximo trabajo o examen y al padre que alecciona a su hijo. Pero para saber cuál es la mejor historia de un autobús siempre tienes que saber que la contará aquel que se pare a hablar hasta con el conductor.

El otro día ibamos al local de ensayo en un autobús de esos que van a los pueblos de alrededor de Granada (el local está en un polígono industrial) y un hombre de unos 40 años se monta y empieza a comentar algunas cosas con el conductor. Al estar algo lejos no podemos escucharle con claridad, pero ya alguno de los presentes suelta alguna risa debido al acento de aquel hombre (ceceaba mucho, probablemente demasiado, pero eso no es el eje central de esta historia, ya que no es costumbre en mi reirme de los acentos de los demás), pero la carcajada aun se haría esperar algunos minutos cuando se toca un tema fundamental: LOS TOROS.

Intrigado el hombre le pregunta al conductor su opinión sobre el toreo y las corridas a lo que el conductor contesta de forma cortés que ni le van ni le vienen y que por supuesto no está en contra. "Zi ez que, yo no zé qué tienen en contra de loz toroz alguna gente, ya que a fin de cuentaz ez arte", el conductor afirma y sigue conduciendo (que para ello es su trabajo) antes de quedarse pasmado con el último argumento, que sentenciará este dilema existencial (toros sí o toros no) que algunos os podeis estar planteando: "zi no fuera por loz toroz....(pausa larga)...en ezpaña....(otra pausa larga, pensativo)...no habría toreroz".

Así que ya sabeis, si alguna vez pensais en manifestaros (física o intelectualmente) en contra de los toros, pensad en los pobres toreros y replantearos vuestra postura.

1 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Cada vez se oye menos en los autobuses, pero se oyen cosas muy buenas (yo también soy uno de esos espías que escucha conversaciones ajenas)
Veo muy interactivo el blog últimamente. Me encanta.

Caosmeando

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