miércoles, 14 de noviembre de 2007

Tres al cubo


Viudita habías de ser,
Viudita cascabelera,
yo no puedo tener un verso dulce
que anestesie el llanto de los niños.

También detrás, más atrás
de mí te busco. No eres
lo que yo siento de ti.

La noche sufre de inocencia oculta.

Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
La mañana
ha roto su collar desde la torre.

Cuando se abre en la mañana,
roja como sangre está:
el rocío no la toca
porque se teme quemar.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Por ir al norte, fue al sur;
creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Si no te conozco, no he vivido; si muero
sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
Esencia de CaosmosXiV

4 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Está todo el título en el poema, ampliamente. Buena labor.

Uno, trino y plural dijo...

Lo primero.. veo una foto del 27, de quién de ellos es el poemita. O es de cosecha propia.

Lo segundo gracias, me ha encantado.

Lo tercero, y último, no estaría mal que también lo incluyeras en la etiqueta Metaforo.

Uno, trino y plural dijo...

"veo una foto del 27, de quién de ellos es el poemita. O es de cosecha propia"

Las respuestas son:
-Sí.
-Sí.
-Sí.

Sí al cubo. Digamos que es un collage poético de la generación del 27.

Uno, trino y plural dijo...

Está hasta Villalón. Y Miguel Hernández. Y León Felipe.

Caosmeando

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