martes, 13 de noviembre de 2007

Diarios de guerra I

17 de Abril:
Esta mañana, al ir a desayunar he visto a Pachulí. Estaba en el barracón 7. Pobre, sólo llevaba aquí 2 meses. Ayer le alcanzó un proyectil del 12 en el tórax. Un impacto limpio. No va a sobrevivir, es un caso perdido. Al menos el pobre no sufrirá, la morfina hace milagros. Yo la he probado. Aún recuerdo el primer muerto que vi en este lugar. Fue al poco de llegar. Llevaría aquí tres o cuatro días. Nos mandaron a explorar el terreno tras unos arbusto. A Jack y a mí. Éramos los novatos, aquellos trabajos nos correspondían a nosotros. Nos arrastramos los dos como serpientes entre los arbustos, intentando ser lo más sigiloso posibles. Nos detuvimos entre la maleza para observar con los prismáticos. Todo parecía en calma, no se oía ni se veía nada anormal o que pudiera resultar sospechoso. Parecía camino limpio. Decidimos seguir un poco más. Todavía recuerdo aquel sonido, agudo e imperceptible al principio, cobrando cada vez más estruendo. Una mina estalló junto a los pies de Jack. Casi podía oír, entre el estruendo de la explosión, el crujir de los huesos de mi amigo. Sin pensarlo me arrastre hasta él, estaría a unos 5 o 6 metros de distancia. Un reflejo me hizo gritar desesperadamente <<¡Sanitario! ¡Sanitario!>>, pero nadie pareció oírme. Le agarré por los hombros levantando su cabeza. Me miraba con los ojos abiertos, en aquel momento habría jurado que sus ojos eran enormes. Jack no decía nada, yo tampoco. Salía de su boca una sangre que me pareció irreal, demasiado espesa y granate. Fue una sensación extraña. En poco tiempo murió, perdió demasiada sangre. No acudió nadie. Más tarde me dijeron que era potencialmente peligroso poner la vida de un medico en peligro, haciendo que fuera a atender a un muchacho que había perdido las dos piernas al estallar un artefacto en un campo de minas. En parte tienen razón, no se puede enviar un hombre tras otro a una muerte segura. Es una estupidez, pero nunca podré olvidar los ojos de Jack, siempre estarán ahí, es inevitable.

8 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

¿De dónde es esto? ¿Va a seguir? Está muy bien

Uno, trino y plural dijo...

Seguiré, seguiré, tengo como 6 o 7 capítulos ya escritos... y a ver si me anima el blog a hacer los siguientes.

Uno, trino y plural dijo...

Entonces,¿no es una cita, un pecio?, ¿es tuyo? Pues enhorabuena, te felicito y me quito el sombrero.

Uno, trino y plural dijo...

Sí, es propio. Gracias por la felicitación, siempre se agradecen.

Espero sigas disfrutando con "próximas" entregas.

Motime dijo...

Me gustó mucho este primer capítulo. Ya tienes un nueva lectora para las próximas entregas.
Saludos

Uno, trino y plural dijo...

Pinta bien. La guerra es tan perturbadora que las historias que se dan en ella toman un tono rojo carmesí.

Uno, trino y plural dijo...

A mi también gustar :)

Uno, trino y plural dijo...

mmmmmm... vaya, ante la buena aceptación, deberé ir poniendo los otros campítulos y empezar a escribir los siguientes.

Caosmeando

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