Resulta que hay que hacer algo, lo que sea pero hay que hacer algo, pues nos recuerdan que hay que aprovechar el momento, que la vida no se repite y esos motivos del carpe diem. Y es verdad. Sólo que así como el tiempo es nuestro nosotros disponemos de él como queremos y no tenemos la obligación de emplearlo en algo trascendental, también hay que reivindicar que podemos aprovechar el tiempo en lo que queramos (pero no siempre, eh, dar todo el tiempo por perdido es... una pérdida de tiempo), sobre todo cuando queremos que pase rápido y no sabemos cómo. Así que ahí va una propuesta sobre cómo perder el tiempo.
1. Ordenar la casa o la habitación. Es una de las pérdidas de tiempo más absurdas, la satisfacción es tan efímera que a poco nos movamos ya vuelve el caos con un vaso sobre la mesa o aparece una mota de polvo escondida.
2. Estar en un lugar donde se supone que estamos por algo. Esto supone la incredulidad de los que nos preguntan qué estamos haciendo y, ante la insistencia en nuestra postura, la incomprensión y hasta la perpetua sentencia de que padecemos un insufrible caso de estupidez.
3. Cantar. Cuando no somos cantantes, se entiende. Y cuando no cantamos mientras realizamos otra acción. No es cantar mientras trabajamos. Es trabajar para perder el tiempo.
4. Ladrarle a la luna. Ésta tiene el inconveniente de que nos tomen por locos y por eso es recomendable buscar un lugar en campo libre, donde se vea bien la luna y los demás puedan alejarse fácilmente.
5. Ser un somiatruites. Que literalmente significaría ser un sueña-truchas o ser un sueña-tortillas y por eso es preferible no traducirlo. Es el que se ilusiona con cosas imposibles o extrañas.
6. Aprender una lengua minoritaria. Sólo podremos hablarla en una pequeña región, nadie más nos entenderá, pero qué mundo descubriremos.
8. Aprender una lengua muerta. Para hablarla con los que hayan seguido nuestros pasos.
9. Acariciar nuestro gato o nuestro perro. En el caso de que él tenga ganas, claro.
10. Tomarse un té o un café. Con la correspondiente pérdida de tiempo de prepararlo uno mismo.
11. Escuchar con atención a un desconocido. Vale cualquier cosa que cuente y que olvidemos al poco tiempo del tiempo perdido.
12. Mirar por la ventana sin importar qué vemos. No confundirlo con los espías o chusmas, a no ser que pretendamos saludarles y compartir la experiencia.
13. Informarnos sobre un lugar al que no visitaremos, siendo un acción lo suficientemente compleja como para pasar de la guía de viajes.
14. Despertarse temprano en un domingo ocioso y quedarse en la cama, buscando el silencio o descifrando todos los sonidos.
15. Buscar siestas innecesarias para llenar vacíos inventados. Valga la redundancia utilitaria.
16. Contemplar una foto familiar hasta que parezca distinta a nuestra vista. Aquí además de tiempo hay que apoyarse en la paciencia.
17. Trazar siluetas de humo en el aire y borrar sus huellas. Pongamos que se acepta cualquier objeto humeante.
18. Ver de nuevo una película que nos gustó. Si no nos gustó no es pérdida de tiempo, es masoquismo.
19. Elegir el camino más largo. No sólo nos permitirá una mayor pérdida de tiempo, sino que además el placer del descanso cuando lleguemos a nuestro destino.
20. Escribir con torpe sabiduría este tratado sobre el no hacer nada.
21. Leerlo y releerlo.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Algunas maneras de perder el tiempo
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2 comentarios:
Maravilloso manual. Imprescindible para vivir una vida digna de ser llamada vida.
Jajaja, muy bueno
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