sábado, 21 de junio de 2008

Enfermos de éxito

Cáncer, tumores, infartos... A veces hay otras enfermedades más sutiles que nos desollan el alma. Desde pequeños nos enseñan que más vale un 10 que un 9, que sólo uno puede llegar primero a la meta o que de 20 equipos, uno sólo se llevará la liga.

Nos dan dardos, nos hacen apuntar a la diana, a ese punto rojo central, eje del supuesto virtuosismo. Acercarse al éxito reconforta pero sólo los elegidos podrán saborearlo.

Si relativizamos, todo se traduce a alcanzar el éxito. Visto como visten los que tienen éxito, oigo tal o cual canción porque muchos la escuchan o al menos la minoría que yo considero exitosa, leo a aquellos foreros más aclamados y me río de todo aquello que baje de mediocre.

Es una droga, nos la suministran a través de películas, de series, de convencionalismos, de libros, está en todas partes. Queremos que nuestro equipo crezca y gane, que nuestro jugador favorito se mee encima de los demás, que España pase de cuartos. Queremos reflejarnos en múltiples espejos, chutarnos de éxito para no mirar muchas veces alrededor. Los únicos antídotos a esta enfermedad son la ignorancia, el optimismo o soñar despiertos continuamente.

Esa pirámide de naipes que nos lleva al éxito puede derrumbarse y sumirnos en la peor derrota posible. Por ello, el éxito no es alcanzar al mismo, el éxito es sobrevivir al éxito.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy potente la imagen del alma llena de necesarios hoyos que van siendo taponados, rellenados por "enfermedades".

Caosmeando

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