viernes, 11 de enero de 2008

El asno de Kuichú

Nunca se había visto un asno en Kuichú, hasta el día en que un excéntrico, ávido de novedades, se hizo llevar uno por barco. Pero como no supo en qué utilizarlo, lo soltó en las montañas.

Un tigre, al ver a tan extraña criatura, lo tomó por una divinidad. Lo observó escondido en el bosque, hasta que se aventuró a abandonar la selva, manteniendo siempre una prudente distancia.

Un día el asno rebuznó largamente y el tigre echó a correr con miedo. Pero se volvió y pensó que, pese a todo, esa divinidad no debía de ser tan terrible. Ya acostumbrado al rebuzno del asno, se le fue acercando, pero sin arriesgarse más de la cuenta.

Cuando ya le tomó confianza, comenzó a tomarse algunas libertades, rozándolo, dándole algún empujón, molestándolo a cada momento, hasta que el asno, furioso, le propinó una patada. "Así que es esto lo que sabe hacer", se dijo el tigre. Y saltando sobre el asno lo destrozó y devoró.

¡Pobre asno! Parecía poderoso por su tamaño, y temible por sus rebuznos. Si no hubiese mostrado todo su talento con la coz, el tigre feroz nunca se hubiera atrevido a atacarlo. Pero con su patada el asno firmó su sentencia de muerte.

FIN

Cuento tradicional chino: Anonimo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos cuentos cada vez me gustan más. Clara moraleja: si te reencarnas en asno, refúgiate bien lejos de los animales salvajes como el león.

Uno, trino y plural dijo...

O también puede ser: si eres burro procura que los demás no se enteren. O: si eres buro no te metas en la selva. O: cuando rebuznes hazlo bien alto.

Uno, trino y plural dijo...

Éste es el origen de la canción: "Tú lo que quieres es que te coma el tigre, que te coma el tigre, que te coma el tigre".

Anónimo dijo...

Juas, grandes respuestas.
Esperando est(amos)oy el siguiente cuento popular

Saludos :)

Caosmeando

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