jueves, 13 de diciembre de 2007

Las palabras del bosque

Muy pronto llegará la nieve
y aunque no hay lobos, el invierno esconde
su aullido entre las tumbas desgastadas.
Espera la serena melodía
de su blancura el bosque, los ramajes
en desconsuelo, el cautiverio helado
de la escarcha y la niebla.
Tardará
el deshielo en soltar de su prisión los márgenes
acallando el secreto de lo eterno
bajo los lagos y sus negras aguas.

Fue el silencio el que alzó la torre cilíndrica
de Gléndalough, sus puertas y recintos
en las palabras solitarias.
Hubo quienes supieron, acechados
por soledades y ventiscas,
levantar hasta el cielo estas toscas paredes
para poder interrogar el mundo
sobre el sombrío oficio de vivir
entre la sombra y su reflejo, el cuerpo.

¿Será verdad que nunca habrá lugares
sino sólo trayectos, tránsitos,
que cada huella engendra su desierto?
Muy pronto llegará la primera nevada
a las ruinas de Gléndalough

¿Qué arranca el viento de la rama inerte
cuando es sigilo, no temblor, frontera
del latido sin cuerpo que son los robles?

El cementerio calla
aquello que los muertos sueñan, sordo
murmullo bajo el musgo y la nieve.
¿Será verdad que nunca hubo lugares
sino unas perseguidas palabras por el frío?

Juan José Castro Martín ( Deriva De Las Islas )

2 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Sin palabras...

Esta estrofa me ha llevado a "otro lugar" alejado de aquí, la oscura y fria noche de un diciembre en mi cuarto.

¿Será verdad que nuna habrá lugares
sino sólo trayectos, tránsitos,
que cada huella engendra su desierto?
Muy pronto llegará la primera nevada
a las ruinas de Gléndalough

Uno, trino y plural dijo...

Me alegro que haya gustado, ya pondré más.
El poeta es motrileño, y está sobre los 30. El texto está sacado de su segundo libro, que lo publicó hace apenas dos semanas. Es profesor de lengua y literatura, me dio clase hace un par de años. Una persona genial.
Nos vemos !

Caosmeando

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