lunes, 12 de noviembre de 2007

Prólogo a Narraciones Extraordinarias, por Edgar Allan Poe

"No fui en la infancia como los otros
ni nunca vi como los otros vieron.
Mis pasiones yo no podía
hacer brotar de fuentes iguales a las de ellos;
y era otro el origen de mi tristeza,
y era otro el canto que despertaba
mi corazón para la alegría.
Todo lo que amé lo amé solo.
Así en mi infancia, en el alba
de mi tormentosa vida, irguióse,
desde el fondo de todo bien o todo mal,
desde cada abismo, encadenándome,
el misterio que envuelve mi destino…".


3 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Curiosa paradoja: Me resulta familiar esa sensación de ser raro.

Uno, trino y plural dijo...

Supongo que todos en algún momento nos sentimos raros o extraños a los otros. La diferencia entre las personas estriba tal vez en las veces que dicho sentimiento de extrañeza te aborda por día.

Por decir algo con un poquito de verbo

Uno, trino y plural dijo...

En mi niñez me repetía a menudo: soy raro. Y me parece que me gustaba sentir eso.

Caosmeando

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