viernes, 2 de noviembre de 2007

José Guadalupe Posada: Un artista del pueblo


JOSÉ GUADALUPE POSADA
Posada es el creador que más influencia ejerció sobre los artistas mexicanos de la primera mitad del presente siglo. Recibieron su herencia los pintores José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, entre muchos otros pintores y grabadores mexicanos

Los grabados de Posada
describen los motines callejeros, los incendios, los temblores de tierra, los cometas, las amenazas del fin del mundo, el nacimiento de monstruos, los suicidios, los fusilamientos, los milagros, las pestes, los grandes amores y las grandes tragedias...

El gran amor a su país lo impulsó a desarrollar uno de los temas que más han obsesionado a los mexicanos desde la época prehispánica: la muerte, pero no una muerte solemne e inspiradora de temor como la veían las clases elevadas o catrinas, y los europeos de su tiempo, sino que dio vida a divertidas calaveras con las que el pueblo se identificaba plenamente, porque eran un medio de desahogo o desquite contra todo lo que le producía malestar.

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No existe ningún solo tema que don Lupe, como le llamaban cariñosamente a Posada, dejara sin calavera, quien abarcó todo y a todos, sin dejar títere con cabeza, desde el más humilde de los mexicanos hasta el más encumbrado político de su época, de los hechos más simples a los de más resonancia. Por medio de ellas señalaba las lacras, las miserias y los errores políticos y a los políticos tiranos y ambiciosos, lo que lo llevó muchas veces a la cárcel.

Entre los numerosos personajes desarrollados por Posada, aparecen, además de sus calaveras, el Diablo y Don Chepito Marihuano; pero principalmente la gente sencilla con sus alegrías y sufrimientos.

Así como Goya incluyó en sus grabados de Caprichos, escenas del mundo de las brujas para ejercer su crítica social, Posada recurre a la muerte, para intensificar su crítica social siempre con sentido humorístico, lo que le permite usar el ridículo y la extravagancia. Las escenas y figuras del ‘más allá’ no son sino del ‘más acá’, pero transfiguradas en el mundo de las calaveras y esqueletos que tienen plena vida...

Este genial desnudador de su país y de su tiempo, como lo define Galeano, fue siempre despreciado por los críticos. Considerado artesano popular estuvo siempre al margen del arte oficial y el despreocuparse del arte liberó totalmente a José Guadalupe Posada de compromisos y en sus originales grabados siempre mostró una absoluta libertad.

Posada murió pobre, como nació. Fue sepultado en una fosa de sexta clase y siete años más tarde sus restos, no reclamados por nadie, fueron echados a una fosa común con muchas otras calaveras anónimas.


http://www.jornada.unam.mx/2007/11/01/index.php?section=cultura&article=a05n1cul

3 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Entradas como ésta son las que hacen que valga la pena el blog.

No conocía la obra de José Guadalupe Posada, aunque sí recuerdo haber visto sus esqueletos. Muchas gracias por mostrárnoslo.

Uno, trino y plural dijo...

Gracias sin duda... aquí estoy aprendiendo mucho, mucho.

Ya dije que me gustaban las historias trágicas

Uno, trino y plural dijo...

Tenemos un mexicano en el blog, ¡qué bueno!

Caosmeando

ecoestadistica.com