lunes, 22 de octubre de 2007

Señor Esquipula (por Doc Holliday)

Querido lector, si algún día eres acreedor de la inmensa suerte de tener la oportunidad de viajar a México, piensa en el milenarismo cinematográfico. Sobre todo en esas películas que hablaban de la civilización que surgiría tras un Holocausto (nuclear), tipo El Planeta de los Simios, Zardoz o Mad Max.



El futuro infausto que describían esas películas incluía civilizaciones que incluían en sus mitos y creencias las nuestras propias pasadas por el tamiz del tiempo y la catástrofe, para deformarlas y transformarlas en algo casi irreconocible, y a veces incluso monstruoso.



Pues bien, querido lector, si como digo tienes la oportunidad de viajar al sur de México, concretamente al estado de Chiapas, no deberías perderte la visita a la Iglesia de San Juan Chamula, un pueblecito indígena de lo más vistoso, pequeño, blanco, y en el que el idioma castellano (más allá de unas palabras básicas) es rara avis.

El nacimiento y construcción de dicha Iglesia, (que haría las delicias de un antropólogo), es consecuencia de la influencia del Cristianismo en pueblos indígenas no conquistados, es decir, en este caso la cristianización no fue forzada e impuesta, sino que entró pasivamente, y por tanto, los habitantes de la zona adoptaron los elementos que les gustaron, y despreciaron los que no.



Por tanto tenemos una especie de Iglesia fusionada con un Bazar Oriental, con luces de árbol de navidad musicales y espejos de plástico, suelo recubierto de pinocha, Santos en vitrinas con ofrendas inverosímiles (como zapatos), el culto a la Coca-Cola (se usa para rezar, puesto que el eructo que genera libera los malos espíritus)
y música del programa de un piano infantil Casio.



En esta loca algarabía de luces y sonidos, unos Santos yacen de cara a la pared, castigados por permitir que, tiempo atrás, la venerada Iglesia se quemara: furon castigados con la humillación, y sustituidos por otros.

Viendo este ejemplo de lucidez... ¿Quién dijo que un Holocausto no puede mejorar nuestra civilización?

1 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Muy potente sincretismo lleno de vitalidad.

Caosmeando

ecoestadistica.com