lunes, 22 de octubre de 2007

Conmutativa

Si me apaga la creciente penumbra
o naufrago en piélagos de deseo
hasta el ararat frugal de tu pecho
lleva la marea de tu belleza
la de mi aliento fugitiva sombra
y pues te adeudo ya más de una vida
te entrego agradecido mi vigilia
y atiendo tu fuego en las noches frescas

Corzo herido por azote de aroma
entre tus muslos busco tibio asilo
y aterido me bebo tus dominios
pierdo mi llaga en tu cuerpo desierto

Con tu sed de sangre y agua marina
deambulo desconcertado en alas
de tu anhelo de leve y blanca playa
rendido a la cólera de tu cuerpo

Juego a trazar guarismos bajo tu ala,
reto a tu desolada cabellera,
por hacerte saber la gloria nuestra
contra tu vientre yo arrojo mi dicha,
contra tu miedo y el mío a estar desnudos,
a no saber ser frágiles tu miedo,
mi pánico a perder este tu cuello,
al final de mi juego y de tu risa.

1 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Espléndido verbo si señor.

Caosmeando

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