miércoles, 31 de octubre de 2007

Kavafis, Ítaca, Ulises y el viaje de todo hombre

ITACA(1911)

Si vas a emprender el viaje hacia Itaca,
Pide que tu camino sea largo,
Rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
O al airado Poseidón nunca temas,
No hallarás tales seres en tu ruta
Si alto es tu pensamiento y limpia
La emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones y a Cíclopes,
Ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
Si no los llevas dentro de tu alma,
Si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
En que con placer, felizmente
Arribes a bahías nunca vistas;
Detente en los emporios de Fenicia
Y adquiere hermosas mercancías,
Madreperla y coral, y ámbar y ébano,
Perfumes deliciosos y diversos,
Cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes
Visita muchas ciudades de Egipto
Y con avidez aprende de sus sabios,

Ten siempre a Itaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años:
Y en tu vejez arribes a la isla
Con cuanto hayas ganado en el camino,
Sin esperar que Itaca te enriquezca.

Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otro cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
Comprendes ya qué significan las Itacas.

Konstandinos Kavafis(Poesías Completas).




Kavafis en este poema toma como tema la vuelta a Itaca realizada por Ulises, relatada por Homero en “La Odisea”. A partir de este relato, el autor crea un símil entre el viaje de Ulises y el viaje de todo “hombre”.
Todo hombre por su condición de finito debe pedir que su “camino sea largo, rico en experiencias, en conocimientos”. Tendemos a querer disfrutar, por naturaleza queremos vivir, ya que la vida es tan corta, buscamos ensancharla con experiencias.
Y en nuestro camino no debemos temer “a Lestrigones y a Cíclopes”, al horror, a la lucha, a lo fantasmagórico. Tampoco debemos sucumbir ante el “airado, fiero Poseidón”, ante las tempestades y avatares del viaje, debemos afrontarlos con “altos pensamientos”. Sólo con grandes pensamientos, grandes pasiones, grandes sentimientos podemos superar todos estos monstruos que nuestro propio espíritu ponía ante nosotros.
Todo hombre debe anhelar por naturaleza descubrir paraísos nunca vistos, desear incesantemente nuevas experiencias, “Que numerosas sean las mañanas de verano/ en con placer, felizmente/ arribes a bahías nunca vistas”. Llena tu vida de ricos abalorios, de todo tipo, el ser humano tiende por naturaleza a querer sentir todo lo que se puede sentir; tanto placeres píos como impíos, “cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes”. Y siempre debemos aprender de los “sabios”, pues ellos ya han vivido innumerables experiencias de vida.
“Itaca” siempre debe permanecer allí, en nuestro pensamiento, es el final del camino, nuestra “meta”, es decir el final de la vida. Por eso no debemos “apresurar el viaje”, para que pretender acelerar algo que por si sólo ya pasa deprisa.
Arribar al puerto con el bagaje hecho, todas nuestras sensaciones y riquezas transportaremos hasta el final; y sin esperar que “Itaca”, la muerte, nos enseñe nada.
Por nuestra condición lo que da significado a la vida es la muerte, cuanto más deliciosa es la vida teniendo siempre presente el final del camino, pero saboreando al mismo tiempo cada instante de esa senda. Y lo más importante es que si llegamos al final “Rico en saberes y en vida”, por fin comprenderemos que son las “Itacas”, la muerte, y ya no la tendremos miedo, pues hemos vivido todo aquello que por nuestra propia condición nos ha sido dado vivir

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fundamental

Uno, trino y plural dijo...

Un poco "gayer" pero SÍ, fundamental.

Caosmeando

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