Muchas veces le doy vueltas a temas absurdos. Quizá este no lo sea -que lo juzgue cada uno-, pero una de las cosas en las que pienso últimamente es en el recuerdo que te deja una persona tras haberla conocido brevemente. Ya sean dos días, una tarde, un par de horas. Un recuerdo efímero de una persona que se marcha lejos. Es inevitable pensar en él o en ella. Y aquí viene la jodienda: ¿por qué se me hace tan difícil poder recordar mentalmente su voz? Igual sí que es absurdo.
-(...)
-Pero eso tiene fácil solución, coges el teléfono y lo llamas
(...)
La voz de la gente lejana...en breve te llamaré y te daré sólo (sólo!!) 20 segundos para que digas lo que se te ocurra. Pega un toque cuando veas.
Y salió bien.
martes, 16 de marzo de 2010
20 segundos
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