Eso era el prólogo del código de Hammurabi, después tenemos un silabario del acadio, para saber cómo se leería y ahora ya, una traducción.
Cuando el divino Anu,
rey de Anunnaki
y Enlil,
señor de cielo
y tierra,
repartieron
a Marduk,
primogénito de Ea,
el dominio divino
sobre la
totalidad
de la humanidad,
le magnificaron
entre Igigi,
llamada
Babilonia
por su nombre exaltado,
le hicieron supremo
en el mundo
y por lo tanto
le establecieron
como un reinado
eterno
cuyos fundamentos
están tan sólidamente arraigados
como cielo
y tierra.
En ese tiempo
Anu y Enlil
me llamaron
Hammurabi,
el augusto príncipe,
temeroso de los dioses,
para hacer que la justicia
prevalezca en la tierra,
para destruir al malo y al
perverso y que el fuerte
no pueda oprimir al débil.
Para levantarse como
Shamash sobre la
humanidad y dar luz a la
tierra, para promover el
bienestar del pueblo.
jueves, 11 de septiembre de 2008
Acadio, Hammurabi
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