sábado, 31 de mayo de 2008

Las guerrillas colombianas (2)

El pasado domingo 25 de mayo, las FARC confirmaron la muerte de su líder Manuel Marulanda Vélez, "Tirofijo" de un infarto cardíaco por medio de un comunicado, en el que también anunciaron que el nuevo comandante es Guillermo León Sánez, alias Alfonso Cano. Las FARC vuelven a perder a otro de sus máximos líderes tras la entrega voluntaria de Nelly Ávila Moreno, alias Karina, y la muerte de Raúl Reyes. ¿Esto significa el fin del grupo armado? En absoluto. La información que recibamos de estos conflictos siempre puede resultar sospechosa de haber sido manipulada y se puede dar el caso que se difundan mensajes para desalentar uno u otro bando (en la trilogía Tu rostro mañana de Javier Marías se explica muy bien cómo funcionaron estas campañas de descrédito durante la 2ª Guerra Mundial).

Hoy leemos en los periódicos que las FARC pidieron ayuda a ETA para atentar contra colombianos en Madrid, algo que podemos tomar como verdad con la precaución que hemos apuntado arriba. Aún así parece cierto y si no lo es bien podría serlo sin que a nadie le extrañara. Lo seguro es que, por desgracia, las FARC van a seguir dando de qué hablar, pues, sin ir más lejos, el caso de Íngrid Betancourt del que tanto se habló hace unos meses sigue sin resolverse.

1 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

A propósito de la muerte de Tirofijo recomiendo este artículo de Martín Kohan (el ganador del Premio Herralde de este año), del que reproduzco el último párrafo:

Alvaro Uribe, el presidente de Colombia, no tardó en desmentir esto último. Declamó de inmediato su certeza, o su conjetura, de que Marulanda murió como consecuencia de los bombardeos del ejército que él comanda. ¿Será verdad? Es verdad, pero es la verdad de la voluntad de Uribe. Habló su deseo: su deseo, su profunda necesidad de haber matado a Marulanda. No le basta que se haya muerto, y no soporta que se haya muerto de viejo, de un infarto, en brazos de su compañera, con su guardia personal invicta. Le resulta imperioso haberlo matado él. El ataque debió ser suyo, y no del corazón. En el fondo Uribe querría que Marulanda estuviese todavía vivo. Para poder así matarlo.

http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0264/articulo.php?art=7612&ed=0264

Caosmeando

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