Hace unos días el guerrillero Iván Ríos fue asesinado por “Rojas”, su propio jefe de seguridad. Es el segundo caso después de que la semana pasada ocurriera lo mismo con Raúl Reyes, uno de los principales líderes de las FARC. No sé vosotros, pero yo siempre he tenido la sensación de que el conflicto de los paramilitares en Colombia es un tema que nunca me han explicado con la suficiente atención, como si ya lo supiera todo el mundo. Algo así como ocurre con ETA, del que hemos recibido la versión simplificada de unos terroristas que quieren la independencia del País Vasco por medio de la violencia, que no deja de ser cierto pero también es una explicación muy incompleta. Eso para otro día. Hoy he buscado información de la guerrilla paramilitar en Colombia y esto es lo que os puedo decir.
En Colombia el grupo guerrillero más conocido son las Fuerzas Armadas de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), de fundamentos agropecuarios e ideología marxista-leninista. Se creó en 1964 y es dirigido por Pedro Antonio Marín, más conocido como Manuel Marulanda o Tirofijo. Su página web es www.farc-ep.org o al menos lo era, ya que actualmente no se puede visitar.
La opinión general (incluyendo el gobierno de Colombia) es que a esta agrupación se la considere terrorista, pero los presidentes de algunos de los países cercanos o colindantes (Brasil, Ecuador y Bolivia) prefieren abstenerse por considerarlo un conflicto interno y Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, considera que es un grupo beligerante.
El objetivo que pretende, según Eduardo Mackenzie, es imponerle a la sociedad y a las élites gubernamentales, el modelo, tantas veces utilizado con éxito relativo, de la rendición gradual del Estado, pues no considera al gobierno representante un legítimo del país. Durante las cinco décadas de su existencia el gobierno ha intentado muchas veces una negociación para la disolución del grupo o para la liberación de rehenes. La novela que Gabriel García Márquez publicó en 1996, Noticia de un secuestro, es un buen ejemplo de cómo se vive un secuestro político por los propios rehenes. En el momento de su publicación, Juan Carlos Gaviria, hermano del expresidente, llevaba un mes cautivo. El caso más conocido es el de Íngrid Betancourt, senadora, representante de la cámara y candidata presidencial, que fue secuestrada en febrero de 2002 en el trayecto de un acto de apoyo a un miembro de su partido, y en la actualidad aún sigue prisionera. Precisamente ella era partidaria de la negociación. A pesar de que el conflicto sea tan largo y tan penoso.
domingo, 9 de marzo de 2008
Las guerrillas colombianas (1)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario