miércoles, 5 de marzo de 2008

El efecto del tiempo

Un hombre cortejaba a una cortesana, pero la mujer no le hacía mucho caso. Cierto día la cortesana le dijo:

"Cuando llegues a pasar cien noches sentado bajo mi ventana cortejándome en el jardín, seré tuya"

El hombre que por fin parecía no ser ignorado por la mujer, así lo hizo. Estuvo sentado varios días debajo de la ventana, pasaron los días y las semanas y al llegar al día noventa y nueve, el hombre se levantó y se fue.

5 comentarios:

Uno, trino y plural dijo...

Qué curioso cómo se repiten las historias. Yo recuerdo haber leído la misma en el Decamerón.

Anónimo dijo...

Bonita historia zen, algo triste, pero bonita y auxiliadora en los dias tristes...

Saludos

Anónimo dijo...

Alguien que saque la moraleja del asunto ?
Puede ser que se dió cuenta que la mujer no lo valoraba lo suficiente, aunque fuese tarde ?

Anónimo dijo...

Lo bueno de estas historias es que cada uno puede sacar sus propias moralejas.
La mia es que estuvo 99 días para demostrar que sería capaz de todo por esa mujer, pero que no está dispuesto a ser esclavo de nadie.
Digamos que me siento un poco identificado...

Anónimo dijo...

Bueno, sí, al fin y al cabo es lo que yo quería decir, que se dio cuenta de que la mujer lo quería como su esclavo.
Yo también me siento un poco identificado...

Caosmeando

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