No puede ser, obviamente no merecías acabar así, aún se me clava tu tiritona en cada uno de mis huesos cada 15 de febrero, el recuerdo de mis lágrimas mojando tu chaqueta, tus últimas palabras taladrando minuto tras minuto mis recuerdos.
Llegó el final, entre mis brazos, íbamos a comernos el mundo juntos, y yo solo, sin ti, no puedo. No tengo las fuerzas necesarias para echarle huevos y tirar pa'alante como antaño. La sonrisa permanente que dibujaba mi cara ha ido dejando paso progresivamente a cambios de humor drásticos en cualquier momento sin ninguna razón aparente.
No lo merecías, nadie merece un final así, pero llegó, y ya todo es inevitable, me jode pensar que el paso del tiempo nos habría hecho darnos cuenta de muchas cosas, de que aquel camino, por "divertido" que fuera, no nos llevaba a ningún lado. Yo lo entendí, demasiado tarde, pero a ti no te dió tiempo.
Sé que no habrías dejado que me equivocara tanto como me he equivocado en éstos 3 años, sé que te habría encantado conocer a mi actual pareja, porque hay muchísimas cosas en ella que me recuerdan a ti, su desparpajo, su sinceridad, su perseverancia por conseguir todo lo que se propone ...
Ójala creyera en algún tipo de cielo para pensar que puedes llegar a leer ésto, ójala pudiera creer que eres tú esa voz que me dice cuando algo está mal, ójala no te hubieras ido nunca ...
Te lo dije muchas veces, pero creo que me faltaron otras muchas por decírtelo ... Te quiero, y joder, te echo muchísimo de menos ...
Hasta siempre Javi
viernes, 15 de febrero de 2008
El final del camino
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