Paseaban, entre casas blancas y dulces silencios compartidos, cuando una flor se cruzó en su camino. Entonces, descubrieron que en el contrato de la vida siempre olvidamos leer la letra pequeña.
domingo, 22 de marzo de 2009
Robando Arte Callejero XVIII
| Graffiti robado en un pequeño callejón del Realejo del que no recuerdo el nombre -si es que lo tiene-, Granada |
Paseaban, entre casas blancas y dulces silencios compartidos, cuando una flor se cruzó en su camino. Entonces, descubrieron que en el contrato de la vida siempre olvidamos leer la letra pequeña.
Publicado por Uno, trino y plural a las 5:12
Etiquetas: arte, pintura, Robando arte callejero
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2 comentarios:
Es una cañería, sí. Bueno,realmente no sé si es exactamente eso, que creo recordar que estaba relleno con cemento. En definitiva, no es pintado.
El resultado de la foto es uno de mis mayores orgullos, la verdad. Me alegro de que te guste.
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